EL SISTEMA SOLAR Y SUS FUERZAS EN EQUILIBRIO

EL SISTEMA SOLAR Y SUS FUERZAS EN EQUILIBRIO

Por Ing. Fernando Padilla Farfán

El sistema solar es una obra maestra de la física celeste, una danza milenaria donde los astros giran alrededor del Sol guiados por fuerzas invisibles, pero precisas. ¿Qué mantiene este orden y por qué cada planeta conserva su órbita sin ser devorado por la fuerza gravitacional solar?

La gravedad: el director de la orquesta

La fuerza principal que rige el movimiento de los astros es la gravedad, una interacción fundamental que actúa entre cuerpos con masa:

El Sol, al ser el cuerpo con mayor masa del sistema, ejerce una atracción gravitacional sobre cada planeta.

Esa fuerza tiende a atraer a los planetas hacia él, como si tirara de ellos con una cuerda invisible.

La velocidad orbital: el equilibrio dinámico

Sin embargo, los planetas no caen directamente al Sol porque poseen una velocidad orbital, producto de su movimiento de formación:

Esta velocidad genera una tendencia a alejarse, similar a lo que ocurre cuando una piedra gira atada a una cuerda.

El equilibrio entre esta velocidad y la gravedad resulta en una órbita estable.

Este fenómeno obedece a las leyes del movimiento planetario de Kepler y a las leyes de la gravitación universal de Newton, que explican matemáticamente cómo se mantienen las trayectorias.

Órbitas estables y movimientos precisos

Cada planeta sigue una órbita elíptica alrededor del Sol, definida por:

Su masa, que influye en la atracción gravitacional.

Su distancia al Sol: mientras más alejado, más lenta su órbita (como lo indica la tercera ley de Kepler).

La inercia del movimiento inicial, que sigue conservándose gracias a la ausencia de fricción en el espacio.

¿Por qué los planetas pequeños no son absorbidos?

Es una pregunta fascinante. Aunque los planetas más pequeños, como Mercurio o Marte, tienen menor masa:

Siguen conservando su velocidad orbital adecuada para contrarrestar la gravedad solar.

No son absorbidos porque el equilibrio entre gravedad y movimiento sigue siendo válido, sin importar su tamaño.

Incluso los asteroides y cometas obedecen a esta dinámica, aunque pueden tener trayectorias más erráticas dependiendo de perturbaciones gravitacionales externas.

www.FernandoPadillaFarfan.com