EN CORTO / De manera interina, Minerva Regina Pérez López quedará en lugar de Namiko en la CEDH

José Ortiz / EN CORTO

Luego de que Namiko Matzumoto sea nombrada titular de la Comisión de Atención a Víctimas, de manera interina, en la presidencia de la CEDH se va a quedar su segunda, Minerva Regina Pérez López, quien actualmente es la Secretaria Ejecutiva.

Y también se rumora que Minerva buscaría la Presidencia de la CEDH ya por periodo completo a partir del año entrante.

El otro candidato que se rumora para llegar a la presidencia de la CEDH pero para el nuevo mandato a partir del año 2026 es el actual Comisionado Ejecutivo Estatal de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención Integral a Víctimas (CEEAIV), Christian Carrillo Ríos.

Por cierto, Namiko llegará a la titularidad de la Comisión de Atención a Víctimas con todo el respaldo del secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil.

Namiko se “coló” al primer círculo de Ahued, gracias a la intercesión de un amigo en común: Adolfo Toss Capistrán, director de Política Regional de la Segob. Adolfo era hasta noviembre del año pasado Contralor Interno de la CEDH.

Hay que reconocer la habilidad política de Namiko, quien desde la época de Javier Duarte de Ochoa no se ha quedado sin chamba. Primero, gracias al “madrinazgo” de Gina Domínguez, la doctora en Derecho logró colarse primero como secretaria Ejecutiva de la CEAPP, ese elefante blanco que no sirve para nada más que para justificar el “chayo” institucionalizado a una caterva de aplaudidores del régimen en turno. Luego, con el mismo respaldo de la vocera duartista, Matzumoto asumió la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Gina siempre la protegió y cuando un periodista “golpeaba” en sus columnas a la descendiente de sangre nipona, de inmediato había una llamada desde Palacio de Gobierno para “tratar bien” a la jurisconsulta. Una vez “planchado” el asunto, la titular de la CEDH solía desayunar con los comunicadores regañados en el restaurante La gavia. Otro dato: pocos saben que Namiko es tía de Erick Lagos, el ex secretario de Gobierno de no muy buena fama de las postrimerías de la era priista.

Y así, con esa misma habilidad política que la caracteriza, logró sobrevivir en el yunismo, gracias a que cultivó una estrecha amistad con el entonces Fiscal Jorge Winckler, a quien le sirvió hasta de publirrelacionista. Algunas de las reuniones con periodistas se efectuaron en el restaurante La Pérgola, desayunos a los que acudía Winckler y la ombudsman veracruzana. De manera velada o a valores entendidos, había la súplica de “tratar bien” al yunista.

Ya con Cuitláhuac García, Namiko se apertrechó en los colectivos de familiares de personas desaparecidas. Y ante la amenaza desde Palacio de Gobierno de querer quitarla de la CEDH, misteriosamente esos colectivos se la armaban al mandatario estatal, con marchas, plantones o actitudes agresivas en las reuniones con la Fiscalía. Bien dicen que en política, nada es casual. Una vez allanado el camino, su relación en el cuitlahuismo transitó de manera más que cordial, al grado de que con frecuencia ella iba al gimnasio de SSP ubicado en el cuartel de San José, en donde la funcionaria recibía trato especial de un amigo muy cercano, un Comandante de ahí, según nos dicen.

Ya con Nahle, la presidenta de la CEDH tuvo una situación más tersa, casi el paraíso, al grado de que a unos meses de concluir su periodo en esa comisión, Matzumoto brincará a la titularidad de otra comisión, en este caso la de Atención a Víctimas del Delito.

Muy hábil. Muy lista. No sería mala idea que ya en su vejez y una vez retirada de la función pública, decida escribir un libro titulado más o menos así: “Los mil y un malabares del trapecismo político”. La neta, se haría millonaria con las regalías.