¿Conflicto de interés? Nombran a hijo de José Manuel del Río Virgen como contralor interno de la FGR

José Ortiz / EN CORTO

José López Portillo hizo famosa esa frase de “es el orgullo de mi nepotismo” al referirse a su hijo José Ramón López Romano a quien nombró subsecretario de Programación y Presupuesto.

Y esta vieja práctica del sistema político mexicano perdura hasta nuestros días y está vigente en todos los partidos políticos.

Esto lo comentamos a propósito de Óscar Daniel del Río Serrano, nuevo titular del órgano interno de control de la Fiscalía General de la República (FGR), cargo al que llegó gracias a la recomendación de su papi, José Manuel del Rio Virgen, Senador suplente de Movimiento Ciudadano y Titular de la Dirección de Control Interno y Evaluación Técnica de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

El Órgano Interno de Control de la FGR tiene un papel estratégico en la administración pública, de prevenir, detectar y sancionar actos de corrupción, además de asegurar el cumplimiento normativo. En el caso de la FGR, esa responsabilidad adquiere una dimensión particular, ya que se trata de la institución encargada de investigar y perseguir delitos federales.

Los principales desafíos que enfrentará Del Río Serrano incluyen:

  • Fortalecer los mecanismos de vigilancia interna para evitar irregularidades en la operación de la Fiscalía.

  • Dar seguimiento a auditorías y procesos de mejora continua en áreas clave.

  • Impulsar la rendición de cuentas como parte de la estrategia de legitimidad institucional.

  • Consolidar la independencia del OIC, aun con los vínculos políticos que puedan rodear su designación.

  • Garantizar eficiencia en el uso de recursos públicos, un tema siempre bajo la lupa en instituciones de seguridad y justicia.

Pero más allá del nepotismo, hay algo más grave aún: ¿Qué no se supone que hay un conflicto de intereses al ostentar padre e hijo cargos en los que pudiera haber intercambio indebida de información, tráfico de influencias, entre otros?

Porque imaginemos, por ejemplo, que José Manuel del Río Virgen tenga interés en que sea detenida o acelerada (según sea el caso) una carpeta de investigación derivada de una denuncia interpuesta por la ASF en contra de un servidor público por peculado. Eso por sólo citar un ejemplo, pero podrían ser varios casos en los que padre e hijo intercambien información que al rato se le haga mal uso o se use con fines perversos. Uno de los dos debe renunciar a su cargo no sólo por ética, sino porque pudieran estar inmersos en un innegable conflicto de interés.

En lo que concierne a lo ético, ¿cómo es posible que José Manuel del Río Virgen y su partido se desgarren la vestiduras por el supuesto fraude en Poza Rica y Papantla y hasta ataquen a la gobernadora Rocío Nahle cuando su hijo ostenta un cargo importante en la FGR, que si bien es un organismo autónomo, se le ha catalogado también de estar al servicio de la 4T?

No olvidemos que Nahle vetó la afiliación a Morena de Miguel Ángel Yunes Linares sólo porque éste y su padre formaron parte de la “guerra sucia” orquestada contra la entonces candidata a gobernadora.

Habrá que ver qué dice doña Chío de que a uno de sus detractores lo premien, a él y a su descendencia, pese a que el emecista -según informes que poseemos- estaría detrás de la campaña negra que han orquestado en fechas recientes sobre supuestos negocios sucios al amparo de la recién premiada refinería de Dos Bocas.

Diputados federales veracruzanos votaron en contra del nombramiento del hijo de Manuel del Río Virgen