¿Cuánto recibió Duarte de Odebrecht?

PGR debe investigar a Javier Duarte y sus funcionarios para saber cuánto recibieron de la constructora Odebrecht por agilizar la apertura de Etilieno XXI de Braskem Idesa en Coatzacoalcos, la firma brasileña mas que una empresa, operaba como un cartel de la mafia, igual que el gobierno duartista.
La compañía brasileña Odebrecht deberá pagar en las próximas semanas 2 mil 600 millones de dólares, repartidos entre Brasil que le corresponden 2 mil 391 del total; Suiza recibirá 116 millones y Estados Unidos, 93 millones de dólares, según los países que radicaron denuncias de corrupción.
La multa original a la constructora de Brasil era por casi 5 mil millones de dólares, pero negociaron para quedar en la mitad.
La compañía estableció desde 2001 hasta 2016, un sistema de sobornos por 788 millones de dólares en pagos relacionados con más de 100 proyectos en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela. A cambio de esos pagos ilícitos, la empresa obtuvo beneficios de 3 mil 336 millones de dólares, de acuerdo a su declaración de culpabilidad.
El periódico El País indica que en paralelo, Braskem, el brazo petroquímico de Odebrecht, fue condenado en enero a pagar una penalización de 632 millones de dólares, unos 300 menos que los contemplados en el acuerdo de culpabilidad del pasado diciembre con el Gobierno estadounidense.
De acuerdo a filtraciones brasileñas publicadas por la revista Veja, hace unos días, Emilio Lozoya recibió 5 millones de dólares como sobornos de parte de esta empresa.
Antes, según también se filtró como parte de las declaraciones ministeriales de los altos directivos de Odebrecht, en total se habrían dado 10 millones de dólares a funcionarios de muy alto rango en México, para garantizar sus contratos.
Junto con Emilio Lozoya, otro implicado en los sobornos habría sido Luis Weyll, que fungía como el director de Odebrecht en México y Superintendente de Grupo Braskem, con quien abrieron la planta de Etileno XXI.
Según Mario Maldonado, analista de negocios de El Universal, el ahora detenido Javier Duarte visitó al menos dos veces Brasil entre 2010 y 2013 para reunirse con los máximos ejecutivos de la constructora Odebrecht.
“Voló en avión privado y se hizo acompañar, además de su esposa Karime Macías, de su mano derecha Moisés Mansur y de empresarios como Eustaquio de Nicolás, fundador de la desarrolladora de vivienda Homex, acusada por la SEC de cometer un fraude contable de 3.3 mil millones de dólares. Según una fuente, eran viajes de derroche: cenas con vinos caros, hospedajes de lujo, choferes privados. Brasilia, Río de Janeiro, Sao Paulo y, finalmente, Salvador de Bahía, donde Ode-brecht tiene sus oficinas principales. Duarte había ido a negociar la mayor inversión privada de su administración y del país: la del complejo petroquímico Etileno XXI, en Coatzacoalcos, Veracruz. Más de 5.2 mil millones de dólares se destinarían al recinto industrial, enfocado a la producción de polietileno y con el cual Pemex se comprometió a suministrarle etano por un plazo de 20 años”, cita el analista.
En estas reuniones estaba desde luego Luis Weyll quien junto con Emilio Lozoya estarían implicados en el mega soborno.
Tan sólo por haberse acompañado de Moisés Mansur, uno de los principales lavadores de dinero de Javier Duarte, que le dio a Karime Macías una tarjeta de crédito ilimitado para gastar y que él pagaba, es de imaginarse que tuvo que existir algo turbio, si como ya sabemos a donde estaba “Moi”, había negocios chuecos.
La planta Etileno XXI anunciada con bombo y platillo tanto por el gobierno estatal duartista, como el federal de Peña Nieto de ser una de las mayores inversiones privadas en el sector en muchas décadas, puede producir un millón de toneladas anuales de polietileno y tiene un contrato de 20 años con PEMEX para que lo surta de la materia prima de etano.
En su construcción dio empleo por varios años a miles de obreros del sur veracruzano y fue la bandera insignia del desarrollo veracruzano.
Antes de ser apresado el brasileño Marcelo Obedrecht estuvo en Veracruz y se placeaba con el gobernador delincuente.
¿Cuánto recibió Duarte del brasileño preso por corrupto y mafioso?
¿Por qué la PGR no se ha pronunciado al respecto?
¿También embarran a Emilio Lozoya, Pedro Joaquín Coldwell e incluso al Presidente?
¿O acaso esta mega inversión de 5 mil millones de dólares no tuvo la mano corrupta de Marcelo Odebrecht para ganar la licitación que lanzó el gobierno federal?
Si de acuerdo a las declaraciones Odeberecht pagaba sobornos por contratos menores a mil millones de dólares, claro que nadie puede creer que no hubo corrupción en la planta Etileno XXI que costó 5 mil millones.
¿La van a investigar o se harán de la vista gorda?
¿Por qué el gobernador Miguel Yunes Linares no se pronuncia al respecto?
¿Acaso aquí no hay vomito negro y no tiene caso hacer escándalo?
Grupo Idesa el socio mexicano de la brasileña Braskem, es la quinta petroquímica más importante de México.
Hace unos días, antes que se revelara que Braskem también estaba en el embrollo de los sobornos y había sido multada, el director general de Braskem Idesa, su filial en México, Stefan Lepecki, aseguró que ellos estaban fuera de cualquier relación malsana o de pago de sobornos.
Odebrecht también amarró en Veracruz el negocio del agua potable en la conurbación del puerto jarocho con Medellín, Boca del Río que encabeza el hijo del gobernador Miguel Yunes Márquez, se salió del acuerdo.
A la fecha, con muchos meses de firmado el contrato todavía no se ve en que beneficia a la gente que esta empresa privada se encargue del agua potable, y falta ver en cuánto se incrementa el costo en cada recibo familiar. El negocio es redondo.
¿Cuánto pagaron de soborno para quedarse con la concesión del agua potable?
Tampoco al momento hay una postura del gobierno yunista.
Odebrecht que está presente en 28 países y con unos 168 mil empleados, se declaró culpable de haber creado un sofisticado engranaje de sobornos millonarios a funcionarios e intermediarios para tratar de lograr contratos públicos de infraestructura.
Obvio es creer, imaginarse, considerar, e incluso asumir, que todos sus negocios tienen la mano de la corrupción metida.