Vaya que poderoso caballero es don dinero. Y si se trata del dinero de Carlos Slim, con mayor razón.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación le asestó un golpe seco a la competencia en la telefonía móvil en México, al concederle un amparo a Telcel para que a partir del próximo año no se le cobre la tarifa cero de interconexión.
Esto significa que sus competidores en el mercado de la telefonía móvil, como AT&T y Telefónica, tendrán que pagarle a la compañía de Slim por utilizar su infraestructura para operar en México.
Parecería que es justo que si una empresa foránea entra a México al mercado y utiliza la infraestructura de una empresa local para competir con ésta, le pague por ello. Pero la cosa cambia cuando se trata de una empresa preponderante, elegante eufemismo para referirse a un monopolio como el de Slim.
Así que los que se preguntan si al ingeniero le interesaría lanzarse por la Presidencia de la República, la respuesta es simple: para qué, si ya es dueño de México.
