Quien filtra el inicio de una Carpeta de Investigación o el libramiento de las órdenes de aprehensión, para alertar a los delincuentes, se convierte en su cómplice. No hay que perder de vista que el artículo 102 Apartado “A” constitucional, es claro al establecer que incumbe al Ministerio Público, la persecución de todos los delitos ante los tribunales y ese monopolio, se rompió con la inclusión de las Policías, aunque estén sometidas a la conducción y mando de los Fiscales.
Tantas facilidades y trato preferencial a los delincuentes, aún detenidos en flagrancia, para llevar sus procesos en libertad, que el clima social se ha vuelto propicio para el incremento exponencial de los homicidios dolosos, feminicidios, violaciones, secuestros y etc. Etc., que la población vive aterrorizada ante la inseguridad e impunidad de que gozan los transgresores de la Ley.
La Fiscal de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, después de reunirse con el Dr. Gertz Manero, titular de la FGR, declaró a los medios informativos que encontró un rezago en cincuenta mil carpetas de investigaciones ministeriales, cuya responsabilidad directa es de su antecesor Jorge Winckler y de sus colaboradores más inmediatos, quienes incumplieron con sus funciones al no desahogar los trámites para que los agraviados y/o sus deudos, recibieran una “Justicia Pronta y Expedita” tal como lo prescribe la Carta Magna.
A partir del sábado por la noche, ha tenido una amplísima difusión, una copia de una supuesta orden de aprehensión contra Wínckler y sus compinches, que de no tratarse de una fake News, solo ha puesto “sobre aviso” a los supuestos implicados, para facilitarles cualquier forma de sustracción de la Justicia, huyendo o escondiéndose para exhibir la inoperancia de la Fiscalía y la Policía ministerial.
Bueno sería que quien esté al frente de Asuntos Internos de la FGE, o como de llame la dependencia encargada de sancionar a los malos servidores públicos involucrados, sancione administrativamente y los suspenda en sus funciones, sino es que ya cometieron una conducta delictiva por favorecimiento a los presuntos delincuentes y obstrucción de la justicia.
AMLO ha dicho reiteradamente a sus colaboradores, que le ayuden en el combate a la corrupción e impunidad; y que barran con todos los funcionarios corruptos, como cuando se barren las escaleras “de arriba hacia abajo”. A ver si ahora si se cumple con esa instrucción.
