Entre mochos y moches

El moche es el falso consenso de la decadencia política
Los políticos-políticos, tienen perfectamente claro que la información es poder, el manejo de la misma les permite adelantarse a los movimientos de sus adversarios y, en lo particular, mantener un estricto control sobre su equipo de trabajo. Cero sorpresas.
Sin embargo, los políticos moldeados en el marketing electoral, los que consultan los sondeos cual si fueran horóscopos, suelen escudarse en su hipotética desinformación, para tratar de evadir sus responsabilidades.
Es el caso de Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro, que cuando supo que, Guillermo Gutiérrez Badillo, fue video exhibido recibiendo pacas de dinero, lo cesó y dijo: nunca tuve conocimiento de los supuestos actos de corrupción en los que se le involucra.
Lo curioso, es que el señor Gutiérrez ha colaborado alrededor de tres lustros con don Pancho, fungiendo como chofer, secretario técnico y particular (entre otras cosas, tal parece), lo que nos da a entender que es un hombre de todas sus confianzas.
Desde luego, el deslinde es una jugada engaña bobos y nos lleva a preguntar: ¿acaso el presunto moche era para su colaborador? ¿quién era el que votaba en el Senado?
No sabemos cuál sea el futuro del panista, pero su paso a la historia servirá de ejemplo, para saber que lo mocho no quita lo inmoral.