Opinión | PARTIDOS SIN PARTIDARIOS, NI MILITANTES (Tercera y última parte)

Francisco Berlín Valenzuela*

3)Los Partidos Políticos en Veracruz.

La entidad veracruzana se prepara para llevar a cabo las elecciones el próximo 6 de Junio, que habrán de renovar 212 Ayuntamientos, así como al Congreso del Estado para elegir a 50 diputados, 30 por el principio de mayoría relativa y 20 por el principio de representación proporcional, dentro de un proceso local ordinario, así como a los miembros de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión..

Veracruz tiene los siguientes partidos que cuentan con registro nacional: PAN; PRI; PRD; PT; PVEM; MC; MRN Y PES, a los que hay que agregar las nuevas organizaciones locales, recientemente aprobadas como son: ¡el Partido Podemos!; “El Partido Unidad Ciudadana”, “Todos por Veracruz” y “Partido Cardenista”.

Este número exagerado de partidos en Veracruz, que alcanza la cifra de 12, es producto de las conveniencias de los actores políticos, que los fomentan con propósitos de manipulación electoral, siendo expresión de un pluralismo exagerado, que diluye las preferencias electorales y crea confusión en los miembros del cuerpo electoral, generando una acentuada confusión que no contribuye a clarificar las luchas políticas, encarecen los procesos electorales y dificulta el fortalecimiento democrático del Estado.

A este respecto, algunos autores piensan que no es muy recomendable para un país o una entidad federativa, permitir la existencia de un pluralismo exagerado, pues la integración con tantos partidos, obstruye la buena marcha de la democracia, pulveriza la acción política, aumenta la competencia electoral y hace más complejas las luchas por el poder, ya que el ciudadano tiene mayores dificultades para discernir los programas de acción y los principios ideológicos de cada uno de ellos, independientemente de que tantas organizaciones, lo único que logran es hacer más débil a la oposición en beneficio de las que tienen el control del poder, al integrar el sistema de partidos con numerosas minorías.

Con mucha razón, el tratadista argentino Bidart Campos, ha sostenido que “lo regímenes políticos se hayan directamente afectados por el número de partidos, pues la actividad desarrollada por las mayorías o las minorías es muy distinta, según se hallen organizadas en un solo partido o en una coalición de partidos”. Elocuentes son los ejemplos, que la historia registra del pluripartidismo, cuando se recuerda lo perjudicial que puede ser para una nación, la existencia de un gran número de partidos, pues España llegó a tener en 1936 hasta 22 y en Holanda llegaron a participar un número exagerado de 35.

Tal vez a esto se deban, las dificultades que están teniendo los diversos partidos en Veracruz para encontrar buenos candidatos, integrar alianzas electorales confiables y superar los problemas de descrédito que los rodea, pues quienes pudieran aspirar a un cargo de elección popular, con merecimientos sobrados, no ven seriedad en sus plataformas ideológicas, ni en el prestigio de sus dirigentes.

Por otra parte, el hecho de que en otras entidades del país, así como en la nuestra también, los partidos irresponsablemente estén seleccionando a candidatos provenientes de la farándula, el espectáculo televisivo, la lucha libre, el boxeo, la interpretación artística, con el propósito de aprovechar la popularidad que los rodea para obtener votos en las urnas, a cambio de cargos públicos, que desconocen por la falta de preparación y estudios especializados que requieren, lo único que hacen es provocar la burla del electorado y las duras críticas de que son objeto los partidos políticos.

El destacado politólogo Fernando Vázquez Rigada, al referirse a este fenómeno político de los partidos en México, después de enumerar a los diversos personajes en quienes se han fijado estas organizaciones para hacerlos sus candidatos a puestos de elección popular, así como a aquellos que en épocas pasadas fueron integrados a sus filas para tales fines, concluye en su artículo “Reír Llorando”, en tono jocoso: “Qué lástima que Cantinflas haya muerto. Con experiencia ya probada en el papel, hubiera sido un magnífico coordinador parlamentario en la próxima Cámara de Diputados”.

Ante esta falta de buenos candidatos que les asegure el triunfo en la urnas, los diversos partidos han tenido que recurrir a reciclar a personas que ya ocuparon esos cargos anteriormente, sin importarles si salieron bien librados de ellos, ni si fueron elegidos bajo el amparo de otros partidos políticos, pensando equivocadamente sus dirigentes, que al pueblo no le va a importar el mal desempeño que tuvieron. Así, vemos con pena, que algunos políticos, que ya fueron alcaldes en Xalapa, Veracruz y otros municipios de la entidad veracruzana, que no gozan de buena fama, quieren volver a repetir en el cargo, al igual que otros personajes que ya ocuparon curules federales o locales, desean volver a los congresos, sin importarles el triste papel que tuvieron como representantes populares, desafiando el parecer del pueblo que manifiesta su rechazo a esas candidaturas.

Esperamos que el pueblo tenga buena memoria y que los partidos que tienen la intención de hacerlos sus candidatos, -en un acto de honestidad politica- desistan de cometer tales errores, si no quieren recibir la desaprobación popular en las urnas.

Independientemente de los anterior, se observa, en consonancia con lo expresado, que algunos ciudadanos han manifestado su deseo de participar en los comicios como candidatos independientes. Quizá. Con ésta posibilidad, traten de evitar la mala fama que algunos partidos tienen. Sin embargo, aún con todos los inconvenientes que puedan representar, en la contienda próxima, la renovación de los cargos públicos -tanto en los municipios como en los distritos locales y federales- , se realizará a través de los partidos políticos, porque dadas las leyes electorales vigentes, las candidaturas independientes tienen aún un camino difícil de transitar.

Pienso que esta figura, podría ser aprovechada por candidatos perspicaces que, tomando la lectura de los ciudadanos que tienen una mala impresión de los partidos, podrían iniciar su proyecto presentándose cómo aspirantes independientes, mientras esperan y/o deciden con que instituto político se abanderarán. De hecho, una medida inteligente, podría consistir en ir avanzando en su propósito, y dependiendo de la aceptación que vayan percibiendo del electorado, acepten la postulación de alguno de los partidos.

En una primer etapa, podrían impulsar su aspiración de forma verdaderamente independiente, como ya lo están haciendo algunos de los interesados, si bien, podrían también ser apoyados por organizaciones no gubernamentales, asociaciones civiles de prestigio, o mediante el respaldo de una comunidad, perfectamente identificada con sus pretensiones.

Es probable que de esa forma, logren refrescar el contexto de las candidaturas, aportando su buena imagen y sus antecedentes, para sortear las limitaciones existentes en la legislación en vigor.

Para concluir, no podemos soslayar que la situación de estas organizaciones políticas en la entidad, llama mucho la atención por el desconcierto que provoca la falta de cuadros bien estructurados y consolidados y por el vedetismo y falta de seriedad política, que muestran los dirigentes, que no encuentran el camino para fortalecer sus estructuras partidistas. La falta de liderazgo a nivel gubernamental, influye en la buena marcha del Estado, al dejar sentir profundas divisiones en los diversos grupos políticos, que rodean al Ejecutivo del Estado. La inexperiencia en la conducción de las tareas oficiales de parte de muchos funcionarios y la falta de políticas públicas planeadas que señalen los rumbos a seguir, hace que no haya una acción concertada y unificada para el logro de objetivos concretos de beneficio colectivo.

Mucho se podría abundar en el tema de los partidos políticos. La necesidad de ser breves, acota las posibilidades de las intervenciónes. Mi intención ha sido, poner a disposición de los lectores algunos de los puntos que considero resultan de mayor interés.

Solo me resta apuntar que, más allá de los problemas y limitaciones que podemos observar en nuestro contexto electoral, los ciudadanos debemos de participar con nuestro voto el día de la elección. Debemos de mantener viva nuestra joven e imperfecta democracia y eso, solo sucederá, ejerciendo nuestro derecho a decidir.

En los meses previos a los comicios, una de las mejores formas de participar será intercambiar -profusamente-, nuestros puntos de vista para abonar de forma, razonada e informada, el contexto en el que emitiremos nuestro sufragio.

Circulemos nuestras reflexiones. Compartamos nuestros planteamientos. Cimentemos nuestra vida política.

Muchas gracias por el favor de su atención.

*Catedrático universitario. Autor de Libros sobre Derecho Electoral y Derecho Parlamentario. Ex director fundador de El Colegio de Veracruz y de la Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.