Reynaldo Escobar
El anuncio, desde la conferencia mañanera del Presidente López Obrador, en el sentido de reiterar su respeto como depositario del poder ejecutivo federal, a las entidades federativas y a sus gobernadores, ha quedado en una mentira más del gobierno federal “morenista”, puesto que el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero no ha hecho otra cosa desde que inició su función, más que ceñirse a las gestiones, órdenes y contra órdenes emanadas desde la oficina del presidente en el Palacio Nacional.
Gertz Manero ha utilizado el monopolio que ostenta desde la Fiscalía General de la República, para la investigación y persecución de los delitos y de sus presuntos autores, siendo altamente criticado por la discriminación partidista con que se aplica la multiutilizada “prision preventiva”, en flagrante violación a los derechos humanos y a las garantías de libertad, seguridad jurídica y presunción de inocencia.
Cuando alguien no ha sido sentenciado, el argumento es muy sencillo, pues se presume inocente, como lo hace el propio López Obrador respecto de su amigo y correligionario de Morena (senador con licencia) Félix Salgado Macedonio, para quien no es impedimento que existan en su contra 5 acusaciones por “violacion”, para ser candidato al gobierno del estado de Guerrero por Morena, ya que no existe una sentencia condenatoria en su contra.
Ahora, con todos los reflectores de las conferencias mañaneras, se exhibe la solicitud de desafuero enviada al poder legislativo federal, por parte de la FGR de Gertz Manero, en contra del gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, manifiesto opositor de AMLO, bajo el argumento de ser investigado como copartícipe en los delitos de enriquecimiento ilícito, tráfico de drogas y delincuencia organizada.
Lo anterior parece ser un exceso, que el presunto investigado ha negado, en espera conocer mediante notificación hasta hoy omitida, los términos de las imputaciones para presentar una fundada respuesta, negando desde ahora los hechos imputados.
En el año 1979, el periodista Carlos Moncada, escribió el libro ¡Cayeron!”, con una narrativa alusiva a 67 gobernadores que no concluyeron sus periodos, por haber sido derrocados, inhabilitados o asesinados. Antes desde el ejecutivo federal se planeaba la desaparición de los poderes de una entidad federativa, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 76-V constitucional. Ahora la planeación es de acuerdo a la militancia, oposición o abyección al señor Presidente.