De las encuestas que circulan por todos los medios de comunicación, se observan pocas coincidencias y muchas contradicciones para arribar a la conclusión que más convenga a los electores en la votación que decidirá por los mejores hombres y mujeres que van a integrar la Cámara Federal de Diputados, los Congresos locales, las alcaldías y las quince gubernaturas en disputa; por lo que en lugar de orientar a los votantes, solo sirven para la manipulación de la voluntad ciudadana favoreciendo a los intereses casiquiles, más que al fortalecimiento de la democracia.
Los equipos de campaña de los diez aspirantes a la presidencia municipal de la capital veracruzana, han sobrevalorado a sus candidatos, pasando por alto que a la hora de la verdad, la única encuesta válida se conocerá al terminar el cómputo de la votación, con la declaración formal de validez de cada paquete electoral, que contendrá las firmas de conformidad o con impugnaciones de los funcionarios de casilla y los representantes de partidos y candidatos.
A unos días de que se conozca la identidad de los elegidos, los punteros que reportan las encuestas luchan por convencer a los indecisos, con el fin de lograr la mayoría que les permita superar a los demás contendientes. Las viejas prácticas de otros procesos electorales, se repiten ahora, con la compra de votos anticipada, que en la intimidad de la casilla, únicamente el elector decidirá a quien otorgar el sufragio, sin que tenga lugar alguna reclamación posterior por parte de los compradores defraudados, toda vez que se trata de un acto ilegal, de consecuencias de naturaleza penal.
Los funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno, tienen prohibido “meter las manos” al proceso, puesto que el desvío de recursos públicos es un delito y si la participación en el acto, es de más de tres personas, podría hasta llegar a constituirse el tipo penal de “delincuencia organizada”, previsto en el párrafo noveno del artículo dieciséis constitucional.
El desempleo, la pobreza y las necesidades más urgentes de la población, son condiciones que políticos inescrupulosos aprovechan en estos tiempos, para reclutar a quienes por necesidad, por ignorancia o por error, son utilizados para cometer los ilícitos antes dichos. Hay que recomendar a la sociedad en general, no caer en ese tipo de reclutamientos y manipulaciones que realizan los usufructuarios de la ignorancia y las necesidades humanas de subsistencia.