Luego de las dos administraciones anteriores en el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde sus titulares no salieron en muy buenos términos que digamos, sobre todo por el desaseado manejo administrativo de las licitaciones, nos comentan que ahora, en la nueva etapa encabezada por Georgina Victory Fernández, esto cambió para bien pues ahora ganan los procesos licitatorios quienes presentan las mejores propuestas tanto técnicas como financieras, lo que redunda en un manejo pulcro de los recursos públicos, y en la optimización de los procesos.
De allí que muchos empresarios que ofrecen sus servicios al rostro más sensible de la administración estatal como lo es el DIF, se dicen gratamente sorprendidos de que las licitaciones ahora se transparentan y todo mundo queda conforme, al momento de abrir las propuestas y verificar que aquellos que ofrecen mejores precios y más calidad, son quienes resultan triunfadores.
No cabe duda que la mística de trabajo honesto promovida por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, poco a poco va permeando en toda la estructura gubernamental, donde las prácticas de antaño como el pedido de “moches”, el favoritismo a ciertas empresas y la simulación, van quedando atrás.
Bien por Georgina Victory y por quienes tienen a su cargo las licitaciones en el sistema para el desarrollo integral de la familia.
