Opinión | CRISIS GALOPANTE

Reynaldo Escobar

De las principales complicaciones que va dejando la pandemia, además del desempleo y las enfermedades aparecidas como secuelas, que dañan organismos humanos después de recibir las vacunas anti Covid 19, el encarecimiento de los satisfactorios de consumo básico, la inexperiencia y falta de amor a la patria de los funcionarios de la 4T, aceleran el retroceso de nuestro país en todos los órdenes de la vida, que bien puede desembocar en una lucha sin cuartel, de todos contra todos.

Otro de los sectores que viene padeciendo la crisis post pandemia, es el de las mujeres y los niños, víctimas de feminicidios e infanticidios que se cometen diariamente a lo largo y ancho del territorio nacional, sin que exista la seguridad pública que el estado debe proporcionar a toda la población, incluidos aquellos que por estar en lugares y horarios desafortunados, la casualidad los lleva a perder la vida por la guerra entre bandas criminales, que en vez de disminuir, se incrementan día con día ante la política de “abrazos, no balazos”.

Para colmo de males, la competencia entre iguales para lograr un nombramiento y desempeñar cargos públicos quedó en el olvido y ahora depende de la afiliación al partido Morena, para contar con el visto bueno de los que mandan y deciden por los demás.

El pasado fin de semana se dio a conocer, que un grupo de personas de entre quienes cargaban las maletas del presidente, le desinfectaban el micrófono para sus discursos y corrían al lado de su camioneta en sus giras, ahora han dejado esas tareas, para pasar a ser funcionarios públicos federales, con sueldos superiores a 107 mil pesos mensuales, poniendo como ejemplos a Carlos Sánchez y Alejandro Antonio Calderón, actuales coordinadores nacionales de infraestructura hospitalaria y abastecimiento y distribución de medicamentos e insumos del INSABI.

Lo mismo sucedió en la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca y en la Administración General de Recursos y Servicios del SAT; donde fueron nombrados Octavio Almada Palafox y Paloma Rachel Aguilar Correa, todos ex integrantes del cuerpo de ayudantes presidencial.

Paradójico resulta el contraste, si se compara a quienes cuentan con títulos universitarios, maestrías y doctorados egresados de universidades públicas y privadas, “aspiracionistas y clasemedieros” que no encuentran un trabajo para ganar “mínimo” su diario sustento.