EN CORTO… SIN CORTES | “No se pueden dejar trozos de dignidad en el camino”: AMLO a Ignacio Morales Lechuga

EN CORTO… SIN CORTES

José Ortiz Medina

En marzo de 1998, el Congreso Nacional del PRD, en sesión celebrada en Oaxtepec, Morelos, decidió vetar a Ignacio Morales Lechuga como candidato a la gubernatura, por tener –según el partido del sol azteca- malos antecedentes.

Desde la óptica de la cúpula nacional perredista de ese entonces, encabezada por el líder formal de ese partido en el país, Andrés Manuel López Obrador, al pozarricense lo perseguía un fantasma llamado “Llano de la víbora”, de cuando agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) –encabezada en el salinato por Morales Lechuga- atacaron a militares que habían rastreado y asegurado una avioneta con droga, en el municipio de Tlalixcoyan. Los de verde-olivo repelieron el ataque.

Morales Lechuga, siempre ha estado en el ojo del huracán. Así, por ejemplo, la revista Proceso publicó que el narcotraficante colombiano Jorge Milton Cifuentes, testigo en el juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán relató en la corte de Nueva York, que sobornó al ex Procurador General Ignacio Morales Lechuga, sin aportar ninguna prueba más que su dicho.

Cifuentes afirmó que le pagó a Morales Lechuga a cambio de protección familiar y que alcanzó a tener en su nómina hasta 70 policías federales. -¿Lo sobornaba? –preguntó uno de los tres abogados de El Chapo, Jeffrey Lichtman. -Sí, señor –afirmó Cifuentes, quien estuvo asociado al cártel de Sinaloa, al referirse a Morales Lechuga.

El testigo colombiano se extendió cuando mencionó que “tenía 70 policías federales (mexicanos) en su nómina… pero la nómina la pagaba yo. Los federales no sabían que todos trabajaban para mí”.

De inmediato, en su cuenta de Twitter y en declaraciones a varios medios, Morales Lechuga afirmó que “son totalmente falsas y por lo tanto calumniosas y difamadoras las acusaciones hechas en mi contra por parte de un narcotraficante en el juicio de Joaquín Guzmán”.

“Estas afirmaciones generan, cuando menos, responsabilidad civil. Me reservo el derecho para hacerlo valer”, sentenció el Notario Público 116 de la Ciudad de México, quien también fue Embajador en Francia.

Y cuando le recordaron en un mensaje de tuit el episodio del enfrentamiento entre agentes policiacos y militares en Llano de la Víbora, en Tlalixcoyan Veracruz, en noviembre de 1991, Morales Lechuga sentenció en su cuenta de Twitter que la recomendación 126/1991 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, emitida en diciembre del mismo año, aclaró el asunto.

Aquella recomendación –dijo- acreditó la hipótesis de que el enfrentamiento entre militares y soldados en el Llano de la Víbora fue producto de una “confusión”.

El relato de los hechos realizado por la CNDH señala que hubo un operativo denominado “Halcón” para interceptar un vuelo con cargamento de droga y que llegaría a esa pista clandestina.

Casualmente, en esa misma zona, horas antes, hubo un operativo encabezado por el teniente de infantería José Alfredo Coronel Vargas para interceptar cargamentos de droga. La CNDH recibió 14 videocasettes proporcionados por la PGR, la Secretaría de la Defensa y hasta la embajada de Estados Unidos (¿estuvieron presentes agentes de la DEA?) para emitir su recomendación.

“La muerte de los siete agentes de la Policía Judicial Federal ocurre en el operativo ‘envolvente’ o de ‘flanqueo’que ordenó el general Morán Acevedo entre las 8:00 y 9:00 horas, cuando se reportó el cese de hostilidades”, afirmó la CNDH en su exposición de los hechos.

La CNDH concluyó que el general Alfredo Morán Acevedo sí tenía noticias de que las personas que sostenían enfrentamientos con elementos del Ejército podían ser elementos de la PJF y ordenó una investigación al procurador militar en contra de dicho general.

Esta fue la “verdad histórica” que quedó de aquel tremendo enfrentamiento que despertó dudas por todos lados.

El jefe de la Policía Judicial Federal era en ese momento el procurador general Ignacio Morales Lechuga. El 16 de noviembre de 1991, la revista Proceso publicó un extenso reportaje sobre el “Llano de la Víbora”.

Los testimonios recabados coincidieron en que siete judiciales federales fueron acribillados a mansalva. El reportaje de Homero Campa en Proceso planteó muchas dudas que aún se mantienen: ¿qué hacían elementos del Ejército en una pista clandestina?, ¿cómo llegó ahí una camioneta cargada con barriles de turbosina?, ¿quién, realmente, disparó primero?, ¿dónde quedó el video de aquel enfrentamiento?,¿qué hacía el avión de la PGR que detectó la avioneta de los narcos y que, supuestamente, filmó los hechos? ¿Cómo pudieron escapar los narcotraficantes en medio de dos operativos que tenían para atraparlos?

Años después, el periodista veracruzano Miguel Angel López Velazco –asesinado durante el gobierno de Javier Duarte- publicó su libro Masacre en el Llano de la Víbora.

Mejor conocido como Milo Vela, el columnista relató que durante muchos años comandos armados controlaron “El Llano de la Víbora” y que las pistas clandestinas estuvieron protegidas por elementos de la extinta PJF.

En junio de 2011, Milo Vela fue asesinado en esta ola tremenda e impune de crímenes a periodistas en Veracruz.

“El Llano de la Víbora, 27 años después, aún sigue destilando su veneno y demuestra la cabeza de la hidra que siempre ha sido el narcopoder en México”, refiere Proceso.

Pero la otra versión del veto a Ignacio Morales Lechuga, fue que quien realmente dio la orden de no otorgarle la candidatura fue Cuauhtémoc Cárdenas, en ese entonces líder moral del Partido de la Revolución Democrática.

Cuentan en crónicas periodísticas que Cuauhtémoc Cárdenas vetó a Morales Lechuga por dos razones: una, que cuando Morales Lechuga (antes de ser titular de la PGR), fungía como Procurador de Justicia del Distrito Federal, fue detenido un hijo de Cuauhtémoc Cárdenas, a quien supuestamente no se le respetaron sus garantías individuales. Y la otra, que don “Temo” era y sigue siendo gran amigo de Miguel Alemán Velazco. Ambos, hijos de ex Presidentes de la República, forjaron una amistad -dicen- a prueba de todo. La idea al parecer fue allanarle el camino al ex accionista de Televisa rumbo a la silla principal de Palacio de Gobierno. Por eso en el partido del sol azteca desinflaron a Morales Lechuga, y luego como candidato emergente postularon a un candidato débil como lo fue Arturo Herviz Reyes, quien quedó en tercer lugar en la contienda. El segundo sitio fue para el panista y economista Luis Pazos de la Torre. Nacho Morales, quien sólo fue nominado por partidos pequeños o de reciente creación, quedó muy relegado en los resultados electorales.

Dicho sea de paso, el veto a Morales Lechuga dejó en la orfandad política a varios perredistas de esa época como Domingo Alberto Martínez Reséndiz, Mariana Aguilar López, Isael Petronio Cantú Nájera, Víctor Molina Dorantes, este último ya fallecido en trágicas circunstancias y quien hasta amenazó con hacer una huelga de hambre en protesta por lo que denominaron un “centralazo”.

Todo lo anterior lo comentamos a propósito de lo expresado por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, durante la conferencia mañanera de ayer.

Así, López Obrador criticó este martes 18 de enero que el ex Procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, haya expresado de manera reciente que “no se había tenido un Presidente tan malo, tan malo como el que les habla, desde hace 90 años”.

“Y me puse a pensar ¿qué le hice yo a ese señor?”, expresó López Obrador al recordar que Morales Lechuga fue Procurador General de la República en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y quiso ser candidato a gobernador de Veracruz por el PRD cuando AMLO era dirigente nacional de ese partido.

“No se puede avanzar sin autoridad moral, no se pueden dejar trozos de dignidad en el camino, entonces recuerdo que un Congreso, como de 3 mil, 5 mil personas, yo puse en consideración de la asamblea el caso y el Congreso votó porque no se aceptara al señor. Claro que se generó un problema mayor porque toda esa dirección del partido en Veracruz renunció, se fue, nos quedamos sin nada de dirección y a buscar candidato”, externó.

“Pero es a veces mejor perder, dejando a salvo la dignidad. No se trata de triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole. Entonces me acordé de ese tema y dije ‘por qué el señor habla de que somos de lo peor en los últimos 90 años’, pues se debe a eso, entonces hay mucho enojo porque en esta lucha se tiene que enfrentar intereses creados, privilegios, pues es normal que no nos quieran”, agregó López Obrador.

Al respecto, Ignacio Morales Lechuga reaccionó en redes sociales y le dijo a López Obrador que no es rencoroso.

“A mí no me ha hecho nada Presidente López Obrador, y si lo hizo no me acuerdo, no soy rencoroso. A quienes sí ha dañado es a los mexicanos y de manera especial a los pobres”, escribió.

Interesante, la amnesia política de Morales Lechuga.