“Fidel será un buen candidato, pero un mal gobernador; y Tomás será tal vez mal candidato, pero buen gobernador”.
Así lo dijo, en corto, el entonces gobernador Miguel Alemán Velazco.
De repente, Tomás Ruiz inició una precampaña en todo el estado, con anuncios espectaculares y en los medallones de los autobuses.
Hay dos versiones: una que don Miguel lo aceleró, y la otra, que Tomás se aceleró solo.
El caso es que hubo más de uno que al principio creyó que Tomás era el “bueno”.
En la casa de conocido político sureño se escuchaba el despectivo mote de “changa asada”, en alusión al cuenqueño.
Y Fidel Herrera, hábil que siempre ha sido, prácticamente le sacó a Miguel Alemán la candidatura de la bolsa. El senador convenció a Roberto Madrazo de que lo ungiera como abanderado. Dicen que hasta la Maestra Elba Esther Gordillo se sumó.
Tras apretada elección, y con una diferencia de apenas 26 mil votos, Fidel le robó la gubernatura a Gerardo Buganza en la mesa de las negociaciones. El panista en corto siempre ha defendido, con impresionante contundencia de argumentos, cómo le quitaron a la mala la primera magistratura del estado.
Si Buganza hubiese sido el gobernador durante el sexenio 2004-2010, otra hubiese sido la historia de Veracruz. Seguramente Javier Duarte no hubiera sido mandatario en 2010. En fin. Pero como el “hubiera” no existe, finalmente fue la “docena trágica”, la que nos tocó vivir.
(En corto… sin cortes/ José Ortiz)