¡Hay lugares! Ponte un ‘cumbión bien loco’ y pídete cinco al pastor con un agua de jamaica… Nada más ¿sí les molesto si se van recorriendo? La bajada es por atrás, no me tapen el espejo y favor de pagar con cambio.
Comer en los microbuses es el ‘pan de cada día’ para los apresurados de las metrópolis, entre empujones se comen esas papitas del camino, pero por suerte sí te puedes echar un platito más sustancioso que una botana y con más comodidad: en Puebla hay una taquería que rinde homenaje a la vida urbana, con transporte público incluido.
Don Pastor fue fundada en 2005 y cuenta con varias sucursales donde recrean la vida en las calles de las ciudades, con en su decoración hay elementos de los puestos de las banquetas, sillas plegables, mesas de colores, vecindades y más, aunque las que más atraen a sus comensales son aquellas mesas ambientadas dentro del transporte.
En su página explican que nada es accidental, todo es parte del concepto: “En cada una de nuestras sucursales se puede apreciar que la zona de preparación y cobro tiene una ligera semejanza con los puestos callejeros: fabricados de manera improvisada, con láminas, ladrillos y lo que sea necesario para poderlo levantar”.
Los tacos dentro del transporte público
En las sucursales de Zavaleta y Catedral se sirven sus taquitos dentro de la réplica de un vagón del Metro de la Ciudad de México, son muy populares.
Sin embargo, mención aparte merecen otras dos, pues aún antes de que existiera el Metro, los microbuses eran los que movían y siguen moviendo multitudes.
Así, en los locales de Sonata y Dorada encuentras ‘micros’ como para subir en esa parada a la nostalgia con la de: “si en un taquito estás tú, si en cada respirar estás tú, cómo te voy a olvidar” (o quizá así habrían escrito la canción Los Ángeles Azules si hubieran tenido hambre).
“Nike estuvieras tan chula”, “El conductor de este vehículo no porta dinero: es casado”, “La bajada es por atrás”, “Así me desean”, “No grite, jale el timbre”, “Precaución, parrandas continuas”, “Tu bocina no me helicopteriza”, “Tú come, vida solo hay una, tallas hay muchas”, “Garita-Panteón”, son algunos de los rótulos que se leen en sus paredes y rodean los asientos modificados con una mesa para comer con comodidad. Una de sus unidades se llama “La nave del olvido”.
“Voltea al techo, a las paredes, fíjate en los detalles y descubrirás elementos divertidos de nuestro delicioso urbanismo mexicano, disfruta ese momento con alguna de nuestras exquisitas especialidades”, afirman en su página web.
Capacidad de la unidad: Los tacos nunca se cuentan
Como lo dice el nombre de la taquería, su especialidad son los de pastor (¡los señores tacos!), pero también hay árabes, de carne asada, chorizo, bistec o chuleta.
O bien, puedes probar el ‘taqueso’, un taco de queso fundido por dentro y doradito por fuera relleno de la carne de tu elección y envuelto en una tortilla de harina; hay ‘quesitortas’, alambres, cemitas, ‘volcanes’, ‘mulitas’, ‘gringas’ o su ‘picsa’ de pastor o árabe.
Para acompañar hay caldo de camarón, frijoles charros, chicharrón de queso, guacamole, aguas de sabor y postres como gelatina de mazapán, flan o tartaletas.
¿Cuánto? Las entradas van de 30 a 65 pesos; los tacos cuestan 18.50 pesos cada uno, aunque los encuentras en promociones como de cinco por 75. Puedes comer por alrededor de 200 pesos.
¿Dónde? Las dos sucursales con microbús incluido son Dorado: Calle de Compostela 4701, Las Palmas, Puebla, Puebla; y Sonata: Planta Baja, P.º Opera 4, II, Puebla, Puebla.