De niño, Fidel Herrera quería ser chofer de ADO… Pero un día Luis Echeverría escuchó al joven y talentoso orador

José Ortiz Medina

Fidel Herrera Beltrán era un niño cuando vendía dulce de coco y longaniza por las polvosas calles de Nopaltepec, municipio de Cosamaloapan. Hijo de una maestra rural, había que pedalearle para sumar unos centavos al gasto familiar.

Amigos muy cercanos a Fidel cuentan que en esos años complicados el chavo flaco, moreno y de cabello enrizado no aspiraba a mucho. Veía a los choferes del ADO con impecable camisa blanca y corbata color guinda. Y Fidel soñaba con manejar algún día uno de esos autobuses.

Pero ya en la secundaria, los maestros alentaron a Fidel para que se fuera a Xalapa. Le veían potencial.

Y como no tenía muchos recursos, Fidel tocó puertas en una pensión de estudiantes por el rumbo del barrio de Xallitic. El entonces adolescente convenció a la dueña de la “casa de pupilos” de lavar los trastes, barrer y llevar a su hijo al kínder, a cambio de hospedaje y alimento.

Fidel estudiaba en la escuela preparatoria “Artículo 3o.”.

Era buen orador. En el pueblo era el presentador más solicitado por las quinceañeras y en Xalapa participó en concursos de oratoria, en los que además de ganar premios en dinero, se fue ganando una buena fama de elocuente “jilguero”, como así llamaban a los jóvenes que participaban en el inicio de los mítines del otrora poderosísimo PRI.

Su talento como orador, lo llevó a participar en la campaña política de Rafael Murillo Vidal, en la que captó la atención del Presidente del PRI, el Profesor Rafael Arriola Molina, oriundo del Puerto de Veracruz.

Cuando Rafael Murillo Vidal llegó a Palacio de Gobierno Fidel Herrera Beltrán entró como auxiliar en la Secretaría Particular; era el responsable de la correspondencia. Fue en ese tiempo que le llegó su gran oportunidad.

En el PRI juvenil Roberto el “Gallo” Palacios había llegado a la adultez y tenía que dejar la silla.

Gustavo Adolfo Iram Ávila Maldonado, amigo de Fidel, narra que había varios candidatos: Leobardo Sartorius, también buen orador, apoyado por el poderoso Manuel Carbonell de la Hoz; estaba también Luis Hernández Palacios Mirón, hijo del Presidente del Tribunal y sobrino de Rafael Arriola Molina, pero la balanza se inclinó por Fidel Herrera.

Fidel Herrera recorría el estado en un miniauto marca Renault que le prestó Ávila Maldonado, formando cuadros y le informaban de sus actividades al líder juvenil nacional Rodolfo Echeverría, sobrino del Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez.

Cuando se dio el “destape” de Luis Echeverría Álvarez como candidato a la presidencia, el PRI estatal acudió en pleno a dar el apoyo a su candidato y uno de los oradores fue el joven Fidel Herrera. Su discurso impresionó al candidato y fue invitado a la gira del abanderado presidencial.

Al tomar posesión como Presidente, Luis Echeverría le otorga a Fidel Herrera una beca para estudiar un posgrado en Londres, Inglaterra. Cabe destacar que luego del episodio de Tlatelolco en 1968, Echeverría trató de congraciarse con los jóvenes, a quienes impulsó y a varios los mandó a estudiar al extranjero.

Al concluir sus estudios, Fidel Herrera Beltrán regresa a nuestro país y es electo presidente nacional del Frente Juvenil Revolucionario del PRI, para más adelante ser candidato a Diputado Federal, convirtiéndose en uno de los más jóvenes en llegar a la cámara federal.

En 1973, Fidel Herrera sufrió un fuerte accidente automovilístico en Rinconada, municipio de Emiliano Zapata, percance del que luego el cuenqueño reveló que “volvió a nacer”.

En su extraordinaria carrera política, en tres ocasiones más Fidel Herrera fue Diputado Federal, Senador del República, director de FONHAPO, Presidente del Comité estatal del PRI en el entonces Distrito Federal, integrante del CEN del PRI, ocupó diversos cargos en la Secretaría de Gobernación, Presidente del CDE del PRI en Veracruz, y, finalmente la candidatura a Gobernador del Estado la cual ganó en 2004 en una disputada y cuestionada elección contra el entonces panista Gerardo Buganza Salmerón.

Fidel Herrera gobernó Veracruz con un estilo echeverrista, proclive al populismo.