En tanda de penales, la selección de Croacia eliminó a la de Brasil, siendo una de las grandes sorpresas del Mundial de Qatar, pues la verdeamarela era considerada una de las favoritas para ganar la copa.
El cuento de hadas de Croacia y los mundiales continúa. La selección balcánica vuelve a pisar las semifinales del mayor torneo del fútbol internacional después de dejar por el camino en los penaltis a Brasil, la máxima favorita a la victoria hasta hoy.
El choque entre la pentacampeona y la vigente subcampeona del mundo ha mantenido el 0-0 inicial hasta más allá del minuto 100, cuando Neymar ha abierto el marcador con una jugada asociativa espectacular. Cuando todo apuntaba a que Brasil seguiría su andanza en Qatar, Bruno Petkovic resucitó a Croacia a tres minutos del final y puso una igualada que sólo se resolvería mediante penaltis.
La genialidad de Neymar al borde del descanso de la prórroga alivió a los chicos de Tite, que parecía que iban a administrar con solvencia su ventaja en los 15 minutos siguientes. Croacia no se rindió en ningún momento y una vez más demostró que es una selección casi inmortal. Una indecisión entre Anthony y Neymar provocó una pérdida de Brasil cerca de la portería croata que los de Dalic castigaron con una contra vertiginosa. Modric aclaró la salida y Orsic, que acababa de entrar, cabalgó por la banda izquierda y se dirigió como una flecha hacia los dominios de Alisson. El atacante del Dinamo Zagreb cedió con calidad a la frontal y a 3 minutos del final Bruno Petkovic sacó un zurdazo que heló a Brasil, empató el partido y lo mandó a los penaltis.
La tanda fue una muestra más de la decisión y el carácter que forja a esta generación de futbolistas croatas. Vlasic inauguró la cuenta de Croacia en el desempate impecable que firmaron los europeos. El joven del Real Madrid, Rodrygo, se encontró con Livakovic en el primer disparo desde los 11 metros de los brasileños y puso cuesta arriba el sueño de la sexta para Brasil. Majer, Modric, Modric y Orsic cerraron una tanda impecable para Croacia y Marquinhos estampó contra el poste las esperanzas mundialistas de Brasil.