Corrupta, foránea y lépera

Quienes la han tratado de cerca, dicen que aparte de prepotente y soberbia, la candidata es vulgar y grosera.

Cuando alguien lo harta y la hace enojar, explota y ordena a su interlocutor: “a ese ¡mándalo a la ver&a!”.

No cuida las formas y nada le importa que esas expresiones soeces vulneren su “imagen”. Cree que por ser chaira, eso le da derecho a usar un lenguaje de esa índole.

Así es ella. Aparte de corrupta, altanera y foránea, es lépera.