De por sí tiene cuesta arriba la senda para intentar posicionarse en la sucesión presidencial, y a la campaña del candidato del PRI, José Antonio Meade, le meten zancadilla desde el propio Gobierno Federal.
Este miércoles, la Procuraduría General de la República anunció que desistió de ejercer acción penal en contra del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, delito bancario y defraudación fiscal, de los que se le acusaba.
Y aunque precisó que mantiene otras causas penales en contra del ex mandatario prófugo de la justicia –o supuestamente-, la noticia cayó como una bomba en el war room de Meade, ante el tsunami de críticas que esta decisión generó y en las que se coincide en apuntar que en el PRI siguen protegiendo a los corruptos.
El propio Meade tuvo que salir a decir algo ante este despropósito de la PGR, y señaló que corresponde a la Procuraduría “explicar todas y cada una de sus decisiones. A nosotros nos toca exigir, y lo vamos a hacer siempre, que el Ministerio Público actúe frente a la presencia de cualquier delito”.
Ya nomás falta que declaren inocente al otro Duarte, poquito antes de las elecciones.





