“Masacre”, “Guerra civil” y “nos están matando” son las alarmas con que ciudadanos en Colombia alertaron a la comunidad internacional por la muerte de, por lo menos, 19 personas y cientos de heridos a manos de fuerzas armadas durante las manifestaciones que estallaron contra la reforma tributaria impulsada por el presidente, Iván Duque.
Las protestas iniciaron el 28 de abril por la reforma con la que el mandatario pretendía recaudar más de 6 mil millones de dólares para “rescatar la economía” a través del incremento de los impuestos a la población.
Aunque fue enviada al Congreso desde el 15 de abril, el domingo pasado el presidente la retiró luego de que los legisladores la rechazaran por las afectaciones que produciría en la clase media colombiana.
Entre las medidas impulsadas por el titular del Ejecutivo, se pretendía gravar un impuesto a ciudadanos que ganaran más de 656 dólares al mes, es decir, poco más de 13 mil pesos; aún cuando el salario mínimo es de 248 dólares, alrededor de 5 mil pesos. También propuso incrementar el IVA.
Por las manifestaciones, el gobierno federal desplegó a soldados y policías en las calles de Cali para contenerlos. Sin embargo, las fuerzas reprimen a los protestantes con golpes, gases e incluso armas de fuego, según se observa en fotografías, videos y audios difundidos por usuarios de redes sociales colombianos.
Las imágenes son aterradoras: cuerpos tirados en las calles, personas corriendo, policías abriendo fuego de forma indiscriminada y ciudadanos replegados en el suelo para no recibir un balazo. “Nos están matando” se escucha decir, entre lágrimas, sangre y gritos, a los colombianos.
Incluso, se observa a policías baleando a personas que ni siquiera participaban en las manifestaciones y fueron agredidas únicamente por transitar en la calle.
Este martes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación por el uso excesivo de la fuerza por las fuerzas armadas, luego de comprobar que este mismo día la policía abrió fuego contra los protestantes.
La portavoz del organismo, Marta Hurtado, informó que la oficina de la ONU en Colombia verifica el número exacto de fallecidos e investiga las causas que condujeron a los uniformados para comportarse de esa manera.
“Hemos recibido información y hemos sido testigos del uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de seguridad, uso de balas reales y golpes y detenciones, todo en un contexto muy volátil”.
Además, la comisionada advirtió que la mayoría de las protestas han sido pacíficas y sugirió que el uso de la fuerza para reprimirlas no es necesario. “Las armas de fuego sólo pueden utilizarse como último recurso ante una amenaza inminente de muerte o de lesiones graves”, sentenció.
La senadora Paloma Valencia, del partido Centro Democrático, rechazó y condenó el pronunciamiento de las Naciones Unidas y la acusó de emitir declaraciones sin conocer antes el trasfondo de los hechos.
“Naciones Unidas, antes de proferir acusaciones tan graves, debería revisar lo que está pasando en el país”, sentenció y acusó a los manifestantes de formar parte del “terrorismo urbano auspiciado por la izquierda radical y financiado por el narcotráfico”.
“La policía no mata como de forma irresponsable, como lo ha dicho una funcionaria de las Naciones Unidas”, agregó. “La fuerza pública está defendiendo a la comunidad”.
El senador Ernesto Macías Tovar, presidente del Congreso colombiano, también arremetió contra la representante de la ONU y calificó sus afirmaciones como “irresponsables”.
“Hay criminales infiltrados en las marchas. Investigue, señora. La izquierda radical y el narcotráfico quieren destruir a Colombia”.
Varios funcionarios de derecha colombianos han asegurado que los miembros de las protestas son financiados con las FARC.
Las manifestaciones iniciaron en Cali y continúan en ciudades como Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Manizales. Se prevé que culminen este 5 de mayo.