PROTEGER A LOS PROTAGONISTAS DEL 6 DE JUNIO

Reynaldo Escobar

Faltan quince días para cerrar las campañas de la elección más grande de la historia de este país y en ninguna parte de la República se nota la efervescencia que el electorado, protagonizara en otros tiempos; no olvidar que son los electores los principales protagonistas del proceso electoral, porque en ellos reside la voluntad política que al manifestarla mediante el voto libre y secreto, depositado en las urnas, deciden el resultado final de las elecciones.

Las marchas y manifestaciones festivas que se observaron en otros tiempos, han desaparecido de las campañas políticas actuales, debido a la nueva normalidad que se vive en todo México a causa de diversos factores, entre los que destacan; la crisis económica, a la que habría que sumar el incremento en los fallecimientos de los miles de mexicanos afectados por la pandemia, más la inseguridad, contingencias ambientales y accidentes fatales, que el mal gobierno de la 4T no ha podido evitar.

Los candidatos a los cargos públicos que se decidirán en la jornada electoral del próximo seis de junio, han mostrado también opacidad en sus propuestas y las limitaciones impuestas por el INE en los gastos autorizados para cada campaña, contribuyen al desánimo de los electores, que seguramente van a engrosar las listas de los abstencionistas que dejarán de votar, por la falta de conocimiento de los contendientes y de sus ofertas o compromisos de campaña.

La voz del pueblo (vox populi), afirma que al partido Morena y a los funcionarios de la 4T, son a quienes conviene el crecimiento del abstencionismo por la frustración de los electores debido al incumplimiento de los compromisos de campaña hechos por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Finalmente, la inseguridad que priva en Entidades Federativas donde la violencia se ha vuelto incontrolable y los heridos y muertos resultan ser los propios candidatos, es urgente que el Estado asegure la vida y la seguridad de todos los participantes en el proceso electoral, a fin de garantizar el estado de derecho y el ejercicio de la soberanía popular sin riesgo para la integridad física y moral de la sociedad en su conjunto.

No olvidar que respetando la voluntad popular y garantizando la residencia de la soberanía en el pueblo, podemos seguir viviendo en democracia.