Un joven alérgico sufrió un grave desgarro en la tráquea tras intentar “aguantar” un estornudo.
Según recoge DailyMail, médicos británicos, que publicaron el caso en la revista British Medical Journal, afirmaron que se trataba del primer caso documentado de estornudo sofocado que provoca esta lesión, que puede poner en peligro la vida del paciente.
Los expertos afirmaron que la supresión del reflejo cerrando la nariz y la boca provocó la salida de aire a presión hacia el tejido del cuello y el pecho del hombre, desgarrando el delicado tejido.
Un desgarro de la tráquea, conocido médicamente como desgarro traqueal, suele producirse por una lesión durante o después de una intervención quirúrgica para extirpar la glándula tiroides.
Se trata de un pequeño órgano con forma de mariposa situado en el cuello que controla varios procesos corporales, como el metabolismo y los niveles de energía.
También suele producirse tras la inserción de un tubo respiratorio.
En el caso más reciente, comunicado por médicos del Hospital Ninewells de Dundee (Escocia), el paciente acudió al hospital quejándose de un fuerte dolor de cuello relacionado con estornudos.
Los médicos también percibieron un leve crujido al palparle el cuello, que el hombre no podía mover correctamente.
El escáner reveló un pequeño desgarro en la tráquea del hombre de la anchura aproximada de una semilla de sésamo.
En casos graves, los desgarros de la tráquea pueden estrechar las vías respiratorias y causar problemas respiratorios potencialmente mortales. También son frecuentes las infecciones graves.
Las lesiones de la tráquea son raras y suelen detectarse cuando los pacientes sufren síntomas de dificultad respiratoria.
En este caso, la presión en las vías respiratorias se disparó hasta 20 veces por encima de lo normal, debido al impacto de contener el estornudo.
“Sospechamos que la tráquea se perforó debido a una rápida acumulación de presión en la tráquea al estornudar con la nariz tapada y la boca cerrada”.
Los médicos que tratan un desgarro de tráquea se plantean la cirugía si el paciente no puede respirar por sí mismo o si el desgarro se ha extendido al espacio que rodea los pulmones.
También es necesaria una operación si hay una acumulación continua de aire bajo la piel o dentro del tórax.
Pero como el desgarro era pequeño y la tensión arterial y la frecuencia respiratoria eran normales, los cirujanos decidieron no operar.
En su lugar, el hombre fue tratado con paracetamol, un analgésico y antipirético de venta libre, y codeína.
Los expertos desaconsejan utilizar las manos para taparse la boca al estornudar o toser. Aunque se trata de una respuesta habitual, utilizar las manos para tapar un estornudo puede aumentar las posibilidades de contagio de virus y enfermedades.