Un nuevo revés jurídico enfrenta el Club Tiburones Rojos de Veracruz y su propietario, el diputado federal Fidel Kuri Grajales. El Primer Tribunal Colegiado en materia de trabajo falló en contra de dicho equipo profesional de fútbol y a favor de un ex trabajador que demanda pago de salarios caídos, prestaciones y reinstalación en su centro laboral.
Luego de un prolongado litigio que ha durado más de cuatro años, Julio César Martínez logró que un juez de distrito en materia laboral reconociera a la empresa Promotora Deportiva del Valle de Orizaba como patrón sustituto.
Ese fue el primer revés jurídico de la empresa que administra y posee los derechos del equipo Tiburones Rojos de Veracruz.
La sentencia del juicio de amparo 690/2015-III que fue dictada el pasado 1° de septiembre de 2015 concedió la razón al trabajador del club y constituyó un revés para la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, a la que se le adjudicó, a partir de este dictamen, la figura de patrón sustituto, con todas las obligaciones que ello implica.
El expediente laboral 111/X/2011 estaba radicado en la Junta Especial número Diez de Local de Conciliación y Arbitraje, con residencia en Boca del Río, Veracruz.
Sin embargo, al inconformarse con la sentencia citada, la empresa Promotora Deportiva del Valle de Orizaba solicitó una revisión de amparo, a la que se le adjudicó el número 443/2015.
En dicha instancia volvió a perder la empresa porque el Tribunal colegiado en materia laboral dio la razón, una vez más, al ex trabajador despedido.
Es decir, las autoridades en esa materia establecieron que las obligaciones que tenía el Club Deportivo Tiburones Rojos pasaron ahora a la nueva empresa que administra la marca, en virtud de que utiliza el mismo logotipo, las instalaciones, el estadio y hasta las unidades automotoras.
El nuevo fallo del Tribunal fue emitido de manera unánime el pasado 18 de diciembre por los magistrados María Isabel Rodríguez Gallegos, Hugo Arturo Baizábal Maldonado y Martín Jesús García Monroy.
Tres días después, el 21 del mes pasado, ese acuerdo fue publicado y establece en su parte medular que se confirma la sentencia reclamada y que “la justicia de la Unión ampara y protege a Julio César Martínez Arroyo…”.
Una historia de complicidades
El litigio laboral de Julio César Martínez lleva más de cuatro años. En ese tiempo, el ex trabajador de los Tiburones Rojos de Veracruz ha enfrentado un verdadero calvario porque el patrón original, el Club Deportivo, simplemente fue desaparecido y desafiliado por la Federación Mexicana de Fútbol.
Martínez Arroyo demandó por la vía laboral el pago de salarios caídos, pero el patrón original ya no existía.
Las instalaciones y el inmueble que ocupaba el conjunto fueron otorgados a la nueva empresa, la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, que encabeza Fidel Kuri Grajales, misma que no aceptó cubrir con el adeudo del laudo laboral.
Es ahí cuando comenzó su peregrinar por los juzgados para que se le reconociera a la Promotora el carácter de patrón sustituto que las leyes mexicanas en materia laboral reconocen.
En ese camino, el ex trabajador despedido denunció lo que considera una actuación irregular de la Junta Especial número 10 de Conciliación y Arbitraje que tenía a cargo a Eutiquio Vargas Ortega, debido a que de forma sistemática rechazó y desestimó las pruebas presentadas por el demandante.
De igual manera, Martínez Arroyo señaló directamente al secretario del Trabajo de Gobierno del Estado, Gabriel Deantes Ramos, por obstaculizar el proceso y evitar que la sentencia se cumpla en todos sus términos.