“Yo soy Gisela”, dijo la alcaldesa de Temixco al entregarse a sus asesinos para frenar la golpiza que un grupo de hombres encapuchados propinaba a su madre y al resto de su familia dentro de su propia casa, en la comunidad de Pueblo Viejo la mañana del sábado.
Sin maquillaje, con la cara aún amoratada, Juanita Ocampo, madre de Gisela Mota, acudió al homenaje que el Congreso y las funcionarias municipales de los 33 municipios rindieron a la presidenta municipal.
“Los golpes que traigo en la cara yo no me los quise maquillar, yo no me maquillo, porque aparte quiero que vean lo que hacen no nada más con la familia, porque no éramos presidentes, éramos ciudadanos solamente y así llegaron a la casa estos malhechores”, narró.
Recordó el arrojo de su hija, quien no dudó en entregarse de inmediato a sus verdugos para defender a su familia, que era sometida violentamente por más de siete hombres.
Explicó que durante un breve encuentro con el gobernador, Graco Ramírez, durante el sepelio de Gisela, le pidió justicia para todas las víctimas de la delincuencia y la violencia, pero especialmente para su hija.
“Solamente quiero decir que, a él, igual le pido que le ponga más cuidado porque a mi hija no le pusieron ninguna seguridad; yo salí a la calle, grité porque a todos en la casa nos agredieron, a mis nietos. Ella fue la que dijo ‘yo soy Gisela’, ella se entregó, para que soltaran a todos los demás (…) yo les dije que si querían matarme que me mataran a mí primero, pero ella dijo ‘yo soy Gisela’, entonces se la llevaron porque ella también tenía mucho valor”, contó.
FUENTE. EXCELSIOR