El párroco de la Iglesia de Santa Ana del municipio de Boca del Río, Cecilio Herrera Moreno, indicó que el año pasado atendió a cerca de mil 500 migrantes ofreciéndoles dinero, comida y alojamiento; a decir de él, algunos llegaron siendo víctimas de agresiones físicas, psicológicas y sexuales.
“El año pasado recibimos aproximadamente unos mil 500 migrantes cerrando números, pero a partir de agosto el flujo de migrantes disminuyó muchísimo, pensamos que porque la frontera norte y sur están más custodiadas, ellos han tenido muchos problemas para poder llegar hasta Santa Ana”.
Argumentó que la cifra de centroamericanos disminuyó en los últimos meses, pues en diciembre del año pasado apenas atendieron entre tres y cuatro personas por semana.
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