La realidad de las 17 Escuelas Normales Rurales que hay en México no se reduce a un problema de aprendizaje: es producto del déficit en la calidad de profesores y directores, de la falta de congruencia entre lo que se enseña y lo que se les pide cuando ya ejercen como docentes, de la reducción sistemática de presupuesto, además de los desencuentros entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y los gobiernos estatales para la operación de los planteles, coinciden expertos en educación.
Ángel Díaz Barriga y Mario Rueda, del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), concuerdan en que la falta de presupuesto y la poca atención por parte de las autoridades locales y de los diferentes gobiernos federales causaron serios problemas en las Normales, por lo que muchas han hecho “milagros” para tener una buena operación y funcionamiento.
“Después de 1968, año en el que algunas Normales Rurales se politizaron, fue cuando el Gobierno Federal optó por reducirles el presupuesto, porque se volvieron incómodas y, aunque no han logrado desaparecerlas, las fueron dejando a su suerte”, aseveró Díaz Barriga.
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) revela que si persisten problemas en su operatividad es porque los programas de mejora instrumentados en los últimos 28 años no lograron impactar en el cambio de las prácticas docentes, pues aunque hubo avances de infraestructura, “no se logró diseñar programas efectivos de mejora del profesorado y de las prácticas educativas en el aula que eleven la calidad de la formación de los docentes”.
El desfase entre los programas de educación básica y los planes de estudio se agrava en las Normales Rurales, pues a decir de Ángel Díaz, a quienes pasan por sus aulas no se les forma para manejar grupos multigrado; de modo que cuando llegan a esas escuelas, no tienen la habilidad de dar clases a niños de diferentes edades y grados académicos.
“Se les impone un plan de estudios que no corresponde con su realidad, han trabajado con planes de estudio adversos. No hay planes de estudio que les enseñen el trabajo con grupos multigrados; entonces, los egresados de Normales Rurales salen con deficiencias para dar clases en un modelo de escuelas multigrado”, finalizó.
FUENTE: EXCÉLSIOR.