La ley electoral no prevé que los discapacitados puedan desempeñarse como funcionarios de casilla. Tampoco lo prohíbe, pero en la práctica la discriminación resulta doble para los invidentes, ya que el Instituto Nacional Electoral (INE) ha aceptado a personas sordas y en silla de ruedas para contar los votos, pero no tiene procedimientos ni herramientas para que quienes padecen ceguera puedan participar como parte de las funciones en una casilla.
Aleida Flores es invidente. Perdió completamente la vista hace dos años y medio debido a un desprendimiento de retina por glaucoma.
En días pasados llegó una capacitadora del INE a su domicilio en Durango y le notificó que había sido elegida para capacitarse como funcionaria de casilla.
Aleida quiere ser funcionaria, pero la ley no ve a personas como ella contando votos, recibiendo credenciales o poniendo tinta indeleble. Así, le dijeron que sería difícil que pudiera participar.
Luego de conocer el caso, el director de Organización Electoral del INE, Miguel Ángel Solís, explicó a Excélsior que ya dio la orden de que Aleida se capacite en Durango como funcionaria de casilla. Una vez que se lleve a cabo la segunda insaculación, agregó, si ella sale sorteada se le pedirá que ocupe el cargo de escrutador, para que coloque la tinta indeleble en el pulgar derecho de los ciudadanos.
“Cuando a mí me dijeron que no, dije ‘¡Ah caray! ¿Por qué no?’ Pues si puedo realizar actividades normalmente se puede realizar de todo. No creo que no pueda realizar una actividad como funcionaria de casilla”, comentó Aleida a este diario.
Madre de un adolescente, esta mujer de 38 años realiza todas las labores de una ama de casa, como cocinar, lavar trastes o limpiar, además de que practica deporte y estudia.
Fue maestra en Zacatecas, se mudó a Durango y ahora, pensionada, se capacita para utilizar toda la tecnología que le facilite la vida, proveniente del mundo que sí ve pero que se hizo sordo, mudo y ciego para no dejar en claro en la ley cómo pueden participar las personas con discapacidad en una casilla electoral.
Indignada, Aleida pregunta a esta reportera quién hizo las leyes electorales, y al explicarle comenta: “Sinceramente aquí cabría la posibilidad de saber quién realizó las leyes, porque ni siquiera nos tomaron en cuenta. La gente con discapacidad podemos hacer de todo, quizá no de la misma manera, quizá no tan rápido, pero sí lo podemos hacer”.
“INE NO DISCRIMINA”
Aleida se asesoró con el Centro de Estudios para Invidentes de Durango (CEID), asociación que la está apoyando con las pláticas en el INE para lograr que le permitan participar.
Directamente la pregunta para Abril Meraz, directora del CEID, fue si el Instituto Nacional Electoral discriminó a Aleida Flores.
“O sea por la ley sí, en la ley no viene absolutamente nada, ni qué sí podemos, ni qué no podemos, pero al momento en que llega este caso al INE, o al menos ante el Consejo de Durango, quedan en shock. En la práctica no puede estar una persona con discapacidad visual como funcionario”, contestó.
FUENTE. EXCELSIOR