El Gobierno del Estado, a través del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) y con apoyo de la Universidad Veracruzana (UV) y la Secretaría de Cultura, presenta la muestra ¼ de Siglo en México. Ñiko, exposición de carteles y otras cosas, que será inaugurada este viernes a las 20:00 horas, en el Centro Cultural Atarazas.
Antonio Pérez González Ñiko (La Habana, 1941), residente en México desde 1988 y naturalizado en 2003, es un importante motor de la gráfica en nuestro país y en la entidad. Su trabajo ha aparecido en las más importantes publicaciones nacionales e internacionales y su obra ha sido mostrada en exposiciones personales, colectivas y en los más renombrados festivales del orbe.
Ha obtenido más de 40 reconocimientos y menciones, entre los que destacan el Premio al Mérito International Film Poster Exhibition en Ottawa, Canadá; el Gran Premio del Concurso Internacional de Carteles de Cine del Festival Cinematográfico de París, Francia; Premio al Mérito en Diseño Gráfico, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, y ostenta la distinción por la Cultura Nacional de Cuba desde 1983.
Respecto de su carrera en México, el homenajeado comenta que hace 25 años comenzó otra vida en todos los ámbitos, y sobre el breve recuento de esta exposición, dice mostrar una buena cantidad de carteles diseñados para actividades nacionales e internacionales, pero también los veinticincos que hacen homenaje a este cuarto de siglo en México: carteles amorosos, lleno del gusto por hacer, crear y sentir el placer de disfrutar de su contenido.
“También, me acompañan objeto preciados, fotos de instantes inolvidables, personas queridas, mis suaves gatos, los perros que me rodearon, flores, plantas, textos, publicaciones, la comida que me halaga el paladar y otros sentidos, regalos que en su momento hicieron su papel de estimulantes, compartirles donde transcurre mi día a día, ese hábitat que tanta dedicación se ha llevado”, refiere.
Manuel García, critico español, habló sobre la trayectoria mexicana del artista cubano a partir de su labor gráfica, docente y humana en el entorno cultural xalapeño, donde radica Ñiko desde hace dos décadas: “has conseguido que aquel lema del cartel un grito pegado a la pared se convierta en un susurro placentero de color en las calles de Xalapa.”