Aún cuando tiene mayor énfasis el incremento de las agresiones a periodistas y fotorreporteros en el estado de Veracruz, este fenómeno se ha generalizado en toda la República Mexicana, con un leve respiro en la Ciudad de México, aseguró el colaborador del diario Reforma y la agencia de EFE de España, Saúl Ramírez.
Previo a que impartiera el curso “Fotoperiodismo: más allá de la información”, organizado por la Comisión Estatal de Atención y Protección de los Periodistas (Ceapp), el reportero gráfico sostuvo que el riesgo es mayor o menor, dependiendo de las tareas que tenga que realizar y la zona en que las desarrolle.
“La gran diferencia entre el Distrito Federal y la provincia es esa. En el DF los medios tradicionalmente cubren agenda, los medios en el DF se basan en la agenda… por ejemplo hoy te toca cubrir Cámara (Congreso) y al día siguiente Los Pinos (Palacio de Gobierno). Y ya. Es raro que andes en la calle. El trabajo es en base a asignaciones”, explicó Ramírez.
Lo contrario, añadió, ocurre en el interior del país, donde a su juicio, “tenemos que salir a buscar la noticia. Llegas al centro, ves qué hay, qué va haber, tienes que tocar puertas, buscar la información. ¿A que voy? A que andas más expuesto porque andas más en la calle”.
Al abundar sobre el tema de su ponencia, el fotoperiodista explicó que se trata de un repaso de dicha profesión a lo largo de su historia, al tiempo de reflexionar sobre cómo se desarrolla este oficio actualmente. “Es una pausa para ver en donde estamos y de donde venimos. (…) La intención es mostrar imágenes y hablar de fotografía y de grandes fotógrafos”, puntualizó.
En ese sentido añadió que si bien estamos “inundados” de fotos tomadas con celular y cualquier puede dar cuenta de forma visual de los hechos que ocurren a diario; los fotorreporteros “tienen el ojo”, por ello hoy día son más valorados.
“Ahora todo el mundo toma fotos con el celular… pero, ¿que tipo de fotos? mucho esta el debate de que si el fotorreportero desaparece; (…) yo siento que ahora al fotógrafo se le valora más. Porque tiene el ojo, tiene que buscar la visión. Un escritor puede contar una historia, pero el fotorreportero cuenta también una historia”, precisó.
Por último comentó que toda esta creciente avalancha de fotografías tomadas con dispositivos móviles o tabletas, pasan a conformar “basura visual”, por lo que las imágenes periodísticas adquieren mayor valor.