En Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana (UV), la política es de “ahorro total”, dice su directora, María Esther Hernández. A la deuda de más de 2 mil 300 millones de pesos que el Gobierno estatal tiene con la institución han respondido saliendo a las calles.
“Hemos tenido funciones en plazas comerciales y espacios públicos para concientizar a la población de que en la UV tenemos mucho talento y creatividad”.
El área tiene restringidas las contrataciones, y sus 23 grupos artísticos sólo visitan otros estados si los anfitriones asumen los gastos de traslado, alimentación y hospedaje, explica.
Édgar García Valencia, director editorial de la UV, afirma que en 2016 mantendrán su producción de cerca de 50 títulos anuales. “Hemos tenido retrasos en el pago de proveedores, pero no una disminución efectiva en nuestro presupuesto”, aclara.
Confía en consolidar su plataforma de libros electrónicos, enfocada a la producción académica: ebooks.uv.mx, cerrando el año con 200 títulos, la mitad gratuitos y el resto en venta.
García Valencia precisa que buscarán disminuir costos reduciendo los tirajes: 250 ejemplares en títulos académicos, 500 en poesía, 700 en ficción. “Esto nos permite una mejor distribución y tener menos ejemplares en bodega”. También organizan remates para desplazar aquellos libros de su almacén que por su antigüedad ya no se aceptan en librerías, lo que significará, dice, un ahorro a mediano plazo.
Para el escritor veracruzano Luis Arturo Ramos, profesor de la Universidad de Texas en El Paso, la merma del presupuesto de la UV es contraria a la cultura y el pensamiento democráticos: “Lo que sucede en Veracruz es apenas una muestra de la campaña sustentada por algunos gobiernos contra la universidad pública, que ven los presupuestos de apoyo a la educación no como una inversión, sino como un desperdicio”.
Al asumir el cargo en 2013, la Rectora Sara Ladrón de Guevara planteó que la tarea de Difusión Cultural se había visto afectada por falta de financiamiento o proyectos de coproducción, perdiendo presencia a nivel nacional.
El analista cultural Sabino Cruz considera que existe en el área una incapacidad para crear programas de vinculación universitaria, una burocratización de los procesos académico-artísticos y una subutilización de los espacios culturales. Entre sus pendientes, el profesor de la UV menciona mejorar la proyección de los grupos artísticos y articular las áreas de investigación para propiciar el rescate y difusión del patrimonio local.
Luis Mario Moncada, director artístico de la Organización Teatral UV (Orteuv), cuenta que no han visto afectado su presupuesto, pero han tenido problemas para presentarse en el Teatro del Estado, que depende del Instituto Veracruzano de Cultura.
El recinto no cuenta con recursos para hacer reparaciones, indica. Esta situación llevó a que, en febrero, la dirección de Protección Civil de Xalapa no autorizara la venta de boletos de Psico/Embutidos, de Richard Viqueira, aunque hubo funciones gratuitas.
“El resultado fue que perdimos la taquilla de una temporada y eso modifica nuestras expectativas económicas para el resto del año”. Quizá no puedan realizar tres salidas que tenían proyectadas.
A diferencia del periodo 2014-2015, cuando estrenaron cuatro obras, este año planean sólo una de siete capítulos. Con el título tentativo de El puro lugar (“Cúcara y Mácara” remake), dirigida por Jorge Vargas, la dramaturgia es de Moncada y Alejandro Flores, y se presentará gratuitamente en espacios urbanos.
“Esto se debe a dos razones: por un lado, es verdad que los costos suben y no podemos mantener un ritmo de estrenos tan continuo, pero el motivo principal es que tenemos muchas obras (10) en repertorio”, señala. “Xalapa tiene además un déficit de teatros (…) a lo sumo podemos hacer cinco temporadas al año”.
Abraham Oceransky, director de escena y dramaturgo residente en Xalapa, destaca la permanencia de los grupos artísticos de la UV, y subraya la calidad del trabajo de la Orteuv. “Están buscando hacer un teatro más contemporáneo, y eso es muy bueno”.
[[¡Alistan la FILU!]]En su 23 edición, la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) repite su presupuesto de hace un año, alrededor de 2 millones de pesos. Se realizará del 22 de abril al 1 de mayo, y tendrá a Francia como país invitado.
Por segunda ocasión, su sede será el Complejo Deportivo Omega, y entre los autores que visitarán Xalapa figuran Patrick Deville y Mamadou Mahmoud N’Dongo. En la edición de 2015, la FILU contó con 28 mil 200 asistentes, y más de 25 mil títulos vendidos.
El director de la Editorial de la UV, Édgar García Valencia, cuenta que, entre las novedades universitarias que se presentarán, figuran un libro de crónicas del cubano Leonardo Padura, La memoria y el olvido, y un volumen de cuentos de Pedro Ángel Palou, Demonios en casa.