Arias Lovillo, pensionado VIP, aplaudidor del PRI, quiere se alcalde por el partido que sea

A unos días de salir de la Rectoría de la Universidad Veracruzana se aumentó el sueldo 90 mil pesos para poder cobrar una pensión estratosférica; tenía a su novia cobrando 180 mil pesos mensuales; causó un daño patrimonial millonario a la universidad; como rector le otorgó el doctorado Honoris Causa al que llamaban Z1, el nefasto exgobernador Fidel Herrera Beltrán; tuvo como mano derecha a un consumado corrupto, Edgar Spinoso; se sumó a la campaña del priista Héctor Yunes Landa buscando ser titular de la SEV. Ahora, sin nada qué hacer, Raúl Arias Lovillo se promociona en medios para decir que quiere ser alcalde de Xalapa, por el partido que sea.

Cree que dejó un buen sabor de boca siendo rector de la UV a pesar de los muchos señalamientos que se le estuvieron haciendo durante su gestión. De hecho, gracias a él y a Sara Ladrón de Guevara, la UV ha dejado de ser relevante.

A pesar de que ningún partido o busca, Arias Lovillo hasta pone sus condiciones para aquellos que lo quieran como candidato a la alcaldía de Xalapa. En un mensaje de Twitter el exrector anota: “Reitero, seré candidato a la Alcaldía de Xalapa si los partidos me dejan construir una plataforma ciudadana para tener un Gobierno con capacidad, honestidad y verdadera equidad de género”.

Además, en 2016, este personaje se sumó a la campaña del priista Héctor Yunes Landa, quien hizo perdedizo (se robó) el dinero que el PRI le había dado para la campaña, y de quien Arias Lovillo afirmaba: “Hoy es vital contar con una honestidad como la de él, que está validada por el trabajo de muchos años”.

Un personaje polémico que causó ámpulas con su nombramiento como secretario académico de la Universidad de Guanajuato, donde cobra 119 mil pesos mensuales, más su pensión de 90 mil pesos que le deposita el IPE y que logró subiéndose su sueldo al doble, a unos días de salir de la UV, para poder lograr esa pensión que sólo un puñado de personas sobra en la entidad.

Seguramente Arias Lovillo pondría en la tesorería del ayuntamiento a Víctor Arredondo, y le daría chamba a los muchos que junto con él saquearon las arcas de la UV. Como se recordará, a mediados de 2009, tres días antes de que venciera el plazo para que la H. Junta de Gobierno diera a conocer la terna final de candidatos a la Rectoría, un par de abogados egresados de la UV presentaron formalmente una denuncia de hechos ante la la entonces PGJE contra quien resultara responsable por el presunto daño patrimonial de aproximadamente 65 millones de pesos ocasionado a la máxima casa de estudios por la rescisión unilateral del contrato de arrendamiento de un lote de 3 mil computadoras que había sido adjudicado en julio de 1999 a la empresa “Automatización y Modernización Industrial, S.A. de C.V.”, la cual en septiembre de 2006 terminó por celebrar un convenio para que se retomara el Juicio Ordinario Mercantil 1013/2003/IV.

El propio dictamen de la Comisión de Honor y Justicia que el mismo Arias Lovillo firmó y que fue sometido a la aprobación del pleno del Consejo General Universitario, incluía testimonios de miembros del Comité de Asesores de la Comisión de Informática de la UV que exhibían al ex rector Arredondo y a los funcionarios del Comité de Adquisiciones por asignar el contrato millonario a la empresa “Automatización y Modernización Industrial, S.A. de C.V.” pese a la advertencia de los especialistas universitarios de que “el tipo de arrendamiento propuesto” no era conveniente para la UV ya que, entre otros señalamientos, cuestionaban que la “empresa carecía tanto de capacidad instalada, infraestructura, equipo propio, capacidad técnica, como de experiencia en el terreno del arrendamiento de equipo de cómputo”.

Raúl Arias Lovillo como rector siguió los pasos de su predecesor, aprendió muy bien las mañas, pero al mismo tiempo se sometió a la voluntad de ese bandido llamado Fidel Herrera. La gran deuda que tiene el gobierno con la Universidad Veracruzana no es nueva, la deuda es una gran bola de nieve que empezó a rodar cuesta abajo desde los tiempos de Raúl Arias Lovillo. Pero Lovillo nunca reclamó, nunca pudo encarar a Fidel Herrera, pues mientras él tuviera su buena parte de ganancias, la institución no importaba. ¿Qué cedió Arias Lovillo a Fidel para que éste hiciera diputada a su novia en turno? Arias Lovillo tuvo a la UV en los últimos lugares del ranking universitario en Latinoamérica.