Cada año, 20 niños veracruzanos mueren ahogados en bañeras, cubetas y otros recipientes utilizados para almacenar agua, constató el secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes, Pedro Muzquiz Peña.
Al respecto, abundó que estos decesos se han dado por la imprudencia de los padres o los adultos al cuidado de los pequeños, por lo que no son aislados y debe ser preocupante.
“Deben ser unos 15 ó 20 niños menores de un año que fallecen por ahogamiento. Son muchos porque es un tema previsible, sobre todo cuando hay niños que apenas comienzan a caminar y hay un balde de agua cerca. Pedimos a los adultos que vigilen a los niños. Sabemos el tamaño del problema, pero también sabemos qué hacer”, manifestó el funcionario estatal.
En la entrevista detalló que los ahogamientos de menores de edad, se dan frecuentemente en comunidades rurales, en donde las familias no cuentan con red potable o el vital líquido no les llega con regularidad, lo que las obliga a almacenar la que les llega en cubetas o contenedores.
“Son accidentes en la bañera; muchos niños se nos están ahogando en bañeras, en cubetas de agua. En las 22 mil localidades que tenemos, muchas de éstas todavía rurales, apartan el agua y el niño de dos años camina, se asoma y se ahoga”, puntualizó.
Citó un caso en Xalapa en el que la mamá, por atender una llamada en su celular, descuidó a su hijo y cuando regresó él ya estaba ahogado. “La parte más pesada de un niño es la cabeza. que funciona como un ancla; entonces al momento de caer, la cabeza hace que se queden en el fondo y no pueden incorporarse”, explicó.
Por último precisó que el 0.5 por ciento de los decesos por esta causa, ocurre en albercas, la mayoría se dan en playas, ríos, lagunas y el mar. De igual manera, abundó que las principales víctimas son los adolescentes, entre los 10 y 19 años, en playas.
