Roberto López Delfín se retracta de su renuncia al PRI

Roberto López Delfín ex secretario particular del mandatario veracruzano Miguel Alemán Velasco, se retractó de su renuncia al PRI la cual hizo pública por medio de una misiva que envió a la dirigencia nacional tricolor que preside Manlio Fabio Beltrones.
Por medio de una carta abierta que publica en Notiver y dirige a la opinión pública, el ex funcionario alemanista se disculpa y se desiste de su renuncia, así como de su apoyo a la candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares, además de las críticas que había hecho al PRI y a la actual administración estatal.
A continuación la carta integra:

Roberto López Delfín

Veracruz, Veracruz 5 de marzo de 2016

A la opinión pública:

Hace unos días presente un escrito al Partido Revolucionario institucional, que suscitó alguna controversia por lo que me siento en la necesidad de hacer libremente, las siguientes aclaraciones y reconsideraciones, a fin de no ser mal interpretado:
1.- Me desisto del mismo y solicito que se tenga por no presentado. En ninguna parte de mi escrito generalizo juicios o descalificó al Partido Revolucionario institucional ni en la administración pública estatal. Me disculpo públicamente si alguno de sus militantes o miembros se reputó agraviado.
2.- Como demócrata, reitero mi confianza en las instituciones de la República, legalmente constituida y en funciones. En el caso específico, en el gobierno del estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, encabezado por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, que por haber sido legalmente electo por nosotros, merecen nuestro respeto tanto su persona y como a su investidura.
3.- Como notario público, se que todos los veracruzanos tenemos el derecho humano hacer considerados inocentes hasta que no se pruebe lo contrario. Por eso a nadie acuso, juzgo, ni descalifico. Ya lo harán las instancias competentes en el momento procesal oportuno.

4.- En mi opinión debemos elegir para gobernador cada uno de nuestros, el hombre más limpio; al más comprometido; hay que tenga la trayectoria más transparente; para fundamentar una nueva etapa de trabajo institucional en Veracruz.

Esta es la carta donde López Delfín habría renunciado y adelantado su respaldo a Miguel Ángel Yunes Linares:

Lic. Manlio Fabio Beltrones Rivera
Presidente del Comité Ejecutivo Nacional
Del Partido Revolucionario Institucional
P r e s e n t e:

Podría comenzar por decir que me cansé del efecto acumulativo de la necesidad de vestir guayaberas blancas para los actos de partido; los halagos inmerecidos a los gobernantes y/o candidatos; así como la hipocresía y pretensión de muchos de discursos del partido. Me hartaron la ritualización de las “cargadas”, los “acarreados”, los abrazos teatrales, con sonoras y simultáneas palmadas de autocomplacencia; las larguísimas presentaciones de presídiums interminables, -más aburridas que correr por un desierto- y; la cultura política que ha hecho del PRI en Veracruz un factor de corrupción e impunidad, antagonista de la transparencia y las libertades, constituido con su aliado el impresentable Partido Verde Ecologista de México y los factores reales de poder, en una maquinaria regida por el cálculo electoral para tomar el poder del Pueblo y darlo a sus candidatos, gobernantes, burocracias partidistas y legislativas, sin haber hecho esto en bien de México.

Me agoté de que el trabajo intelectual, jurídico y/o de base no sea reconocido en el PRI y; que cuando se ejerce la crítica saludable, indispensable, constructiva, el analista es enjuiciado sumariamente como un “indisciplinado” o un “desleal” indigno de confianza, pues “el que manda, manda y aunque se equivoque, una o mil veces vuelve a mandar”.

No pude más con el anacrónico, desfasado discurso que considera al PRI abanderado de una revolución que concluyó hace casi un siglo; de su carencia de ideología y compromisos; del pragmatismo calculista; de la lógica del divide y vencerás; del solipsismo de sus dirigencias grandilocuentes -generalmente autoritarias y despachando en oficinas gubernamentales, no del partido- situadas más allá del cinismo.

Pero lo que me ha decidido hoy a presentar mi renuncia al PRI es la deplorable, inmerecida situación del Estado de Veracruz, gobernado ininterrumpidamente desde hace 87 años por políticos emanados del PRI, o postulados por sus antecedentes y precursores; que gracias al gobierno priísta de Javier Duarte de Ochoa, se encuentra en su etapa más obscura, corrupta, inestable y violenta desde la vergonzosa persecución religiosa realizada por el gobernador Adalberto Tejeda Olivares en 1931.

Quien avisa, no traiciona. En las condiciones actuales, me sentí indispuesto éticamente a apoyar, a votar por el PRI en las próximas elecciones locales. Por ello he decidido con sinceridad y respeto a mis ex compañeros, renunciar al PRI después de más de 25 años de militancia que abarcan más de la mitad de mi vida, pues veo a Veracruz cada vez más inseguro, pobre, violento, triste, peligroso, marginal, endeudado y ninguneado por el PRI y su gobierno.

Pido me disculpen por argumentar mí dicho con un testimonio personal: como miles de veracruzanos he sido víctima de la violencia en estos últimos años. Como es público, hace poco más de 3 años, la noche del 30 de septiembre del 2012, un grupo de 4 malhechores irrumpieron en mi hogar para robar y dispararon contra mí y mi familia, recibiendo mí mujer 2 tiros en la cara.

A pesar de haber sido identificados, los criminales están libres, pues su cabecilla, un asesino confeso que fue capturado y que reconoció sus fechorías y motivaciones, escapó de una prisión estatal unos meses después de su encarcelación, siendo Procurador General de Justicia quien ahora ocupa, por segunda ocasión, el cargo de máximo dirigente estatal del PRI en Veracruz, sin que a la fecha, haya sido recapturado tan peligroso delincuente, ni se haya encarcelado a ninguno de sus 3 cómplices, mismos que fueron sujetos a proceso, pero liberados por la justicia venal que ha hecho de la inseguridad, la corrupción y la impunidad, la forma de lidiar con los crímenes en Veracruz.

Esta historia es una entre miles, más terribles. Como muchos otros veracruzanos, mi familia y yo hemos debido contentarnos con superar en lo posible lo ocurrido, soñando un Veracruz mejor, uno en el que tragedias como las nuestras no se repitan, como lamentablemente acontece. ¿Cuántos crímenes más quedarán impunes?

Cuando se vaya el gobernador Javier Duarte de Ochoa ¿el PRI podrá enfrentar la inseguridad, la corrupción, la impunidad? ¿Habrá justicia y verdad para las víctimas? ¿Usted lo cree? Yo he dejado de hacerlo, pues el buen juez por su casa empieza. No se puede ser candil de la calle mientras hay obscuridad en casa.

Me explico: no votare en las próximas elecciones por un partido cuyos gobernadores y legisladores han endeudado desde los primeros años del siglo a mi Estado a niveles ridículos, insostenibles (cuando menos 120 mil millones de pesos); no respaldaré al partido en y del gobierno por el que Veracruz ostenta los records nacionales de periodistas asesinados e irregularidades presupuestales acreditadas claramente por la Auditoria Superior de la Federación, sin que se proceda contra los culpables. De hecho, como es de su conocimiento, hace unos días, 20 diputados federales de la Alianza PRI – PVEM, firmaron un “extrañamiento” defendiendo al Gobernador por las reiteradas acusaciones de desvíos documentados de recursos que hemos padecido ¿Le parece apropiado? Para mí, es un insulto a la inteligencia y la dignidad de los priístas en general y de los veracruzanos en particular.

En conciencia, no podría elegir a un partido que postule a un candidato a gobernador que propondrá vehementemente “el cambio, el castigo a los culpables”, porque sea quien sea el candidato del PRI –seguramente Héctor Yunes Landa, hombre respetado, respetable- esa candidatura estará rodeada, cobijada por los políticos, prácticas y estructuras al servicio de Javier Duarte: por los que han lanzado la fuerza pública contra jubilados y pensionados que exigían el diciembre pasado un dinero que les correspondía; los que han votado este enero por reformar la Constitución para prohibir la interrupción legal del embarazo en todas sus hipótesis; los que han consentido por más de una década la irracionalidad financiera, la irresponsabilidad administrativa, la amoralidad política, el desvío y malversación de recursos hasta dejar a la hacienda pública y la economía de Veracruz en estado ruinoso; los que pretenden asfixiar a la Universidad Veracruzana negándoles recursos que por Ley les corresponden; los que aplaudirían cualquier cosa con tal de obtener un beneficio personal y directo.

El candidato que postule el PRI, sea quien sea esa persona, tratará por todos los medios de deslindarse del gobierno de Javier Duarte, pero no puede, no podrá hacerlo pues es, ha sido y será apoyado, financiado y celebrado por las mismas personas y estructuras que han sostenido, empoderado, encubierto y vitoreado a los gobernantes contemporáneos de Veracruz, de tan catastrófico legado.

¿Cómo apoyar al PRI de Veracruz –o debería decir a la “secretaría de movilizaciones y procesos electorales del Gobierno”- si sus seguidores, panegiristas, prácticas, apoyos, financiamiento y porras son los mismos que se han brindado a Javier Duarte y adláteres, hoy convertidos en funcionarios, legisladores o en la pretensión de ostentar esas dignidades.

No bastarán las buenas intenciones de Héctor Yunes Landa. El problema del PRI en Veracruz es estructural, no coyuntural. Aquí, el PRI se ha nos podrido de adentro hacia fuera. No se puede hacer democracia sin demócratas, ni se puede pregonar el restablecimiento del Estado de Derecho y hacer llamados al orden, cuando se parte de la convivencia, de la complicidad con la corrupción y la impunidad.

Así, la situación de Veracruz no puede mejorar, ni se podrá hacer justicia -por benévolo que fuera el candidato a gobernador-si vuelve a ganar el PRI la gubernatura de Veracruz, pues el PRI local se ha convertido en una organización autorreferencial con cultura política del siglo pasado; está regida por complicidades, línea, conveniencias, compromisos, intereses facciosos; la “disciplina” entendida como sumisión, así sean incapaces protegidos por el fuero y apoyos que el PRI les ha dado. La incapacidad también es una forma de corrupción, de desgobierno, de desmantelamiento institucional.

Como lo muestran las candidaturas priístas a las diputaciones federales del 2015 en Veracruz, es un secreto a voces que varias de las correspondientes a las diputaciones locales de este 2016, serán para priístas señalados como probados malversadores de recursos públicos; demagogos que han hecho del poder un ejercicio burocrático que –salvo contadas excepciones- nunca han destacado personal, académica, ni profesionalmente y sólo en razón de su apellido, padrinazgos y componendas se han encumbrado y nos gobiernan o/y conducen los destinos del partido.

Soy consciente que toda generalización es viciosa. No todos los priístas son iguales y en sus filas veracruzanas hay patriotas dignos de admiración para propios y extraños. Agradezco al Partido Revolucionario Institucional las valiosas oportunidades que me otorgó, pero hay muchas y sobradas razones para separarme hoy respetuosamente y en buenos términos del PRI. Nadie ha influido en esta decisión que es la un veracruzano harto de los indeseables efectos acumulativos de los malos gobiernos estatales del partido al que pertenecí y del que, habiendo tomado distancia, hoy me separo. Tengo muchos buenos y respetados amigos priístas, deseo lo mejor para Ustedes. No busco pendencia ni enemigos. Se que el PRI seguirá siendo necesario para el desarrollo de México y deberá recomponerse después de las elecciones locales.

Tendremos en Veracruz 3 procesos electorales en los próximos 29 meses: las elecciones del 5 de junio del 2016 para Gobernador y Congreso local; las municipales del 4 de junio del 2017 y; las elecciones del 3 de junio del 2018, en que los veracruzanos elegiremos Gobernador, Congreso local, representantes al Congreso de la Unión y Presidente de la República.

Como sé cómo podrían reaccionar los sectores más viscerales, amenazantes, represores del PRI en Veracruz, hago responsable de cualquier “accidente” “ataque” o “atentado” que sufra cualquier miembro de mi familia o mi persona, directamente al Gobernador Javier Duarte de Ochoa y a su Secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita. A nadie conviene un proceso electoral manchado de sangre.

En unos años, cuando se escriba la historia de este 2016, los veracruzanos y las veracruzanas podrán recordar como la muchedumbre de inconformidades individuales, como las personales, pacíficas, cotidianas rebeliones cívicas construyeron un histórico cambio de Régimen, haciendo posible la alternancia hacia la democracia. Ahí, entre la mayoría de los mexicanos sin partido, me acogeré por el momento.

Buscaré en las organizaciones políticas y sociales causes de organización democrática, progresista, incluyente, para construir en Veracruz el buen gobierno, la transparencia, la seguridad, la prosperidad colectiva que la partidocracia del PRI de hoy en día no es capaz de darnos, aunque quisiera.
El objetivo de esta misiva no ha sido afrentar a nadie. Cada uno de los hombres y mujeres de Veracruz debe elegir el 5 de junio, entre el mal conocido y la democracia por conocer. Deberá votar entre los abanderados de un gobierno de los que facciosamente en Veracruz, en la obscuridad de pactos y complicidades inconfesadas, lucran con el poder o; por los que estén dispuestos en todo tiempo a dialogar, consensar y dar cuenta de sus actos, con transparencia y honestidad a toda prueba.

Veracruz requiere una sociedad más protagónica en la política, dispuesta a escribir otra historia, una de progreso, seguridades y dignidad. Lo único seguro es el cambio. Llegará para nosotros. A fe mía, el próximo domingo 5 de junio.
Sin otro particular, hago propicia la ocasión para enviarle un cordial saludo.

A T E N T A M E N T E

Veracruz, Ver., 24 de Febrero, 2016

Lic. Roberto López Delfín

C.c.p.- Lic. Felipe Amadeo Flores Espinoza. Encargado del Comité Directivo Estatal del PRI en el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave.
C.c.p.- Archivo.