«Se debe repensar la fiesta de La Candelaria si quieren que la gente regrese a su pueblo, a quienes organizan el encuentro de jaraneros y al pueblo en general, se deben poner las pilas si quieren que la gente regrese a su pueblo, que le bajen a los costos y que eleven la calidad» dijo Ricardo Perri Guillén, representante del grupo de son Los Cojolites luego de haber participado en esta fiesta.
Lamentó que los grupos de son, además de haber costeado por su propia cuenta el pasaje a Tlacotalpan, debieron pagar caras rentas para dormir en el piso durante su estancia para participar en los eventos de esta «la Meca del son».
«Éramos cuatro grupos en el suelo. Llevamos nuestras colchonetas, los grupos pagan su comida, transporte y todo. He estado yendo 26 años, voy a escribir un artículo que se llame repensar las fiestas de La Candelaria. Nos da muchas lecciones. El gobierno se desligó de todo el apoyo en la feria y eso hizo que la gente de una manera no haya ido».
Ricardo Perri dijo que hasta ahora Los Cojolites debe la mitad de los gastos por su participación en esa fiesta.
«A nosotros nos apoyó en ayuntamiento de Jáltipan a trasladarnos para allá, lo demás lo pagamos nosotros. Ponemos de nuestro dinero para hacer la fiesta de Tlacotalpan, así lo hacen muchos grupos. No es lo que debía de ser, por lo menos debería haber apoyo a los que hacemos esto para el pueblo, aunque no nos paguen, pero que haya condiciones para ello», insistió.
El también director del Centro de Documentación del Son Jarocho lamentó que tanto el ayuntamiento de Tlacotalpan como el gobierno del estado inviertan en la contratación de intérpretes de géneros musicales completamente ajenos a la música tradicional del estado en vez de apoyar a los músicos locales. Está situacion provocó este año que personas mayores de diferentes comunidades no asistieran al encuentro de jaraneros, pues no tuvieron recursos para asistir.