Las relaciones de pareja es una actividad que toda persona en algún momento de su vida tenderá a realizar, catalogarla o intentarlo encasillarla en términos específicos y contundentes sería interponer una visión muy subjetiva, sin embargo existen características que evidencian una relación de pareja, la interacción entre un par de personas que toman la decisión de estar juntas a través de compartir gustos, vivencias, afecciones, conversar, tomar decisiones, festejar acontecimientos importantes para ambos, inclusive compartir gastos es lo que se consideraría como una relación sana.
Estas características son comunes en la mayoría de las relaciones donde existe una interacción afectiva, las cuales con el pasar del tiempo y las circunstancias de cada individuo pueden aparecer otros elementos que conducen a demostrar una relación poco saludable, donde en lugar de disfrutar de un relación normal, alguno de los dos miembros presenta la necesidad de estar en constante contacto con su pareja, entrar en una dinámica donde una de las dos partes intenta ejercer poder sobre la otra o en su defecto la búsqueda persistente por la aprobación de la otra persona, inmiscuyéndose en una relación de dependencia.
Tal es el caso de Roxana, quien durante su estancia en la universidad conoció a un chico con quien compartió cuatro años de su vida y desde el comienzo de su relación las prohibiciones, las tomas de decisiones sin su aprobación y el sometimiento a través de expresiones verbales eran constantes en su relación, de la cual señaló “él supo mi punto débil, (…) el lado mental que traía, porque yo era lo mas importante para su vida, la persona que más amaba, bueno, me aventaba un súper rollazo ”.
Muchas veces estos escenarios se presentan porque existe detrás de esos comportamientos “un componente de inseguridad, a lo mejor pobre autoestima en ese miembro de la pareja que lo expresa, porque, para que esa persona sea, necesita de la presencia del otro”, señaló el Dr. Javier Beltrán Guzmán, psicólogo y ex catedrático de la Universidad Veracruzana.
Independientemente de todas las actividades que implica la dependencia física como el contacto sexual, la convivencia entre la pareja o la interacción verbal, la psicóloga María de la Paz Sánchez Valdés, encargada de la procuraduría de la violencia del DIF municipal de Xalapa, agregó que existen otras conductas en el individuo que evidencian esa dependencia emocional respecto a su pareja, “la pérdida de la autonomía y la autoeficacia, el querer (dejar) hacer lo que tu quieres porque te gratifica, (…) acoplarte (forzadamente) a los roles, a los tiempos y a los gustos de la otra persona, (…) ese es como uno de los focos principales”.
“En la universidad entraba a la clase y él ya me estaba esperando afuera, desayunábamos, comíamos y cenábamos juntos, todo el día era con él, (…) yo ni sabia cruzar la calle porque él me cruzaba la calle, o sea, si dependía mucho de él, no tomaba una decisión sin consultarla con él porque sabía que iba a estar bien, (…) deje de ser yo misma para darle gusto a él”, recordó Roxana.
Cuando ya se presenta esta situación de dependencia en una relación, las personas que lo viven llegan a estar en un estado de angustia constante y de aislamiento social, María de la Paz Sánchez, señaló que una persona en una relación, además de poder desarrollar las características de dependencia que se han mencionaron anteriormente, también puede llegar a presentarse la codependencia, la cual “es una personalidad que generalmente desarrollan las mujeres, en las que a partir de su historia de vida, se han encontrado que ellas necesitan cuidar y hacerse cargo de la pareja, (…) necesitan ser necesitadas”, es decir, si crecieron en un ambiente conflictivo donde el papá era alcohólico o drogadicto, buscarán parejas con características similares para cuidarlo o protegerlo.
Regularmente no todas las relaciones de pareja que existen son dependientes, hay estudios donde señalan que 2 de 10 parejas suelen tener estas características, sin embargo en la mayoría de las relaciones en algún momento se pudieron haber presentado algunas señales de dependencia, ya que en muchos casos la naturalidad con que se sobrellevan las relaciones no permiten identificar con precisión la presencia de estas conductas.
En este tipo de relaciones dependientes o codependientes, en muchas ocasiones quienes presentan las características pueden o no darse cuenta que se están enrolando en una dinámica de este tipo, ya que muchas de estas conductas como los celos, la aprehensión o la prohibición se suelen ver como algo natural, sin embargo cuando éstas rebasan el límite de tolerancia de una persona y comienza a solicitar opiniones con sus amigos o familiares, es una señal de que empiezan a sufrir por esas circunstancias y se animan a buscar ayuda.
Por otra parte, para el Dr. Javier Beltrán Guzmán una de las causas que probablemente aporten para que se presenten la dependencia, es el estancamiento de una relación en pareja, “ese amor romántico y pasional tiene que evolucionar a un amor maduro (…) si uno de los dos permanece en una etapa anterior entonces la relación comienza a deteriorarse”, principalmente con conductas que lleguen a manifestarse como violentas dentro de la relación.
Es por eso que en las relaciones de pareja es necesario que se conserven dos elementos fundamentales de acuerdo a lo dicho por el ex catedrático universitario, uno es el respeto y el otro es la confianza, “si el respeto comienza a perderse todo lo demás comienza a fallar, (…) hay otro elemento que se llama confianza, pero también un exceso de confianza puede ir rompiendo los limites”, lo que conllevaría a vivir una relación nada saludable y autodestructiva.