La noticia que recibió Elena Córdova Molina fue fría, dura, difícil de asimilar: “a su madre le quedan seis meses de vida, tiene cáncer etapa cuatro”, dijo el médico que le atendía.
Esa frase todavía retumba en los recuerdos, como muchos más que se fueron acumulando en los siguientes meses, durante la lucha constante contra la muerte.
En febrero de 2012 inició el calvario para su familia, que quedó devastada emocionalmente; el impacto los llevó al estrés y a la angustia; entonces comenzaron a prepararse para lo inevitable.
Su madre, la señora Teresa Molina, desde esa fecha inició con tratamientos costosos, como la quimioterapia. Las semanas transcurrían y entonces el pelo comenzó a caer.
Elena Molina tenía fortaleza, temple, carácter para evitar que su madre decayera; entonces llegó otra preocupación: el dinero. Era necesario reunir 21 mil pesos mensuales; la esperanza era mantener viva a su mamá.
Se acercaba el mes siguiente y la tristeza crecía porque el plazo estaba por cumplirse. Cuando el calendario marcó agosto, el destino cruzó otra línea en el camino y fue su padre quien falleció de un infarto fulminante.
Don Heriberto Córdova murió a los 50 años de edad, el 29 de agosto de 2012. Fueron las preocupaciones, la desesperación y la carga emocional las que lo mataron. “Estaba triste porque moriría su esposa, la fecha había llegado”, cuenta la joven de 28 años, a quien se le observan los ojos a punto de soltar las lágrimas.
Tres años después ocurrió el deceso de la señora Teresa y casualmente fue el 27 de agosto de 2015 “casi coincidía con la fecha de la muerte mi papá”, comenta mientras resguarda sus manos en el abrigo negro que porta para aguantar el frío de los días recientes en Xalapa.
Promesa antes de morir
Cuando su madre estaba en el lecho de muerte, Elena le prometió continuar con sus propósitos: “le dije que algún día sería diputada o alcaldesa de mi pueblo”.
Platica que sus padres siempre notaron esos deseos de progreso en los estudios y y en el ingreso a la política.
María Elena Córdoba Molina es originaria de la comunidad Meza de 24, perteneciente al municipio de Alto Lucero; nació el 29 de junio de 1987 en una familia de escasos recursos y en una casa modesta; tiene dos hermanas, una mayor y otra más chica.
Estudió la licenciatura en Administración (LA) en el Instituto Tecnológico de Úrsulo Galván, donde se graduó con mención honorífica y, por tanto, con titulación automática; tiene maestría en Mercadotecnia Política.
Actualmente es la Secretaria de Acción Femenil de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Veracruz, cargo que ocupa desde el 27 de septiembre de 2015 y que la ha llevado a consolidar a este sector en estos cinco meses.
El reto en la pobreza
Para Elena no era fácil continuar sus estudios, porque la falta de dinero era uno de los principales obstáculos: “no había, aunque los deseos de seguir superándome eran más grandes”, dice durante la entrevista en su domicilio de la capital veracruzana.
Cursó la primaria en un grupo multigrado, pero era más aventajada; cuenta que a los 11 años ingresó a la secundaria. Fue a esa edad que salió de su comunidad, Meza de 24, hacia Emilio Carranza, municipio de Vega de Alatorre para cursar la secundaria; ahí vivió con una tía y con esfuerzos económicos logró concluir esa etapa.
La preparatoria la continuó en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) número 17 en Úrsulo Galván, pero para poder viajar desde su comunidad tenía demasiadas dificultades.
Su padre le podía apoyar con 200 pesos semanales, mientras que su mamá cocinaba la comida para 18 albañiles y de esta manera generaba más ingresos.
“Mis padres fueron campesinos, gente de pueblo; mi mamá era ama de casa y como muchas familias, se la ingeniaban para apoyarme”; sin embargo, Elena también se dedicó a la venta de calzado, ropa, plásticos y perfumes; de esta manera comenzó con ahorros y ya no sufría tanto por la escasez de dinero.
Nació el liderazgo
“En la prepa fui secretaria de la mesa directiva en tercer semestre”; para quinto y sexto se convirtió en presidenta de la Mesa Directiva con una matrícula de 800 alumnos del CBTA.
Ahí acuden alumnos de Puente Nacional, Paso de Ovejas, La Antigua, Actopan, Alto Lucero y Úrsulo Galván.
“Fui muy dedicada a la escuela y salí con 9.7 de promedio. Hice examen en la UV pero no quedé y aunque me ofrecieron 70 por ciento de beca en la Cristóbal Colón, mis papás no tenían para pagar el resto”.
Decidió quedarse en el Tecnológico de Úrsulo Galván, donde comenzó una trayectoria que se convirtió en un sueño político.
Recuerda que ese año, 2009, conoció al ex senador priista Héctor Yunes Landa; “lo apoyé, le echábamos porras y así nació la amistad”.
Cuando Elena Córdova era presidenta de la mesa directiva del Tecnológico, realizó varias invitaciones a Yunes Landa, siendo diputado local para ese entonces, “y eso hace que él me empezara a ubicar”, incluso se convirtió en padrino de generación.
Durante la graduación y de manera pública, el entonces legislador invitó a María Elena Córdova a trabajar en el Congreso de Veracruz.
“Yo no tenía título, la graduación fue el viernes 27 de febrero de 2009 y para el lunes siguiente entré a trabajar a la Legislatura.
Soy una mujer de propósitos
Relató que el trabajo en el Congreso duró pocos meses porque Yunes Landa decidió buscar la candidatura a gobernador. Fue en esa campaña que Elena conoció el estado de norte a sur, y se agrupó con otros jóvenes en “AlianzaTec”.
“En 2012, cuando Yunes Landa llegó a la presidencia del partido, estuve ahí”, ese año parecía que la vida política de Córdova Molina iba a truncarse.
Fue cuando a su mamá le detectan cáncer en etapa cuatro.
“En marzo, Yunes me pide que me incorpore a la campaña al Senado, pero yo estaba mal y respondí que viviría con mi mamá los meses que le restaban de vida”.
“Otro día, el señor Yunes me habló y me dijo que lo apoyara y que él solventaría los gastos médicos para el tratamiento de mi madre”.
Explica que necesitaban dinero para pagar las quimioterapias y que entonces tuvo que salir a trabajar.
Todas estas experiencias y la lucha constante han fortalecido a Elena; sus aspiraciones continúan en el camino de la política. En algún momento reconoce que buscará la candidatura a la diputación en el Distrito 8, con cabecera en Misantla.
Ese distrito, eminentemente rural, está integrado por 18 municipios, lugares que ha recorrido desde hace siete años, cuando acompañaba en las campañas a Héctor Yunes Landa; ahora lo hace con la convicción y el cargo encomendado en la CNC.
Dice que será alcaldesa o diputada, ya que esa fue la promesa a su madre, minutos antes de su fallecimiento; “le dije que lo lograría porque soy una mujer de propósitos”.